jueves, 31 de diciembre de 2009

Cerrá y vamos...

Siempre le he tenido miedo al abandono y a la muerte de los otros. A la ruptura, a la partida.. A los cierre de ciclos, a los adioses. A la huída propia u ajena. A los finales de año.
Sé que inevitablemente hasta de mi misma he de despedirme un día. Sin embargo me cuesta aceptarlo. Es tonto, lo sé. Pero en cuestiones emocionales la inteligencia no me visita a menudo.

Hoy es el último día del 2009. Un año más que pasa de vida, de mi vida y de la vida del mundo. Los periódicos publicaran los acontecimientos más relevante sucedidos en estos trecientos sesenta y cinco días. Las postales cibernéticas darán la vuelta por mis cinco correos electrónicos. Los mensajes de buen augurio, de éxitos, de mejor año llenaran mi casilla de mensajes en Facebook y My Space. En casa, mis roommates y yo brindaremos antes de que cada uno parta a su destino de festejo personal.

Para el mediodía de hoy ya habré decidido dónde pasar la medianoche y más de uno quedará sentido por mis decisiones. Algunos amigos comerán doce uvas, sacaran sus maletas, pedirán doce deseos.

En el Sur (mi Sur) el olor de jazmine invadirá las casas de patios abiertos. Mis amigos irán a la playa, festejaran con amigos de amigos. Comerán lechón, cordero, ensalada rusa. Algunos me recordarán. En Montevideo a esta hora, el Mercado del Puerto estará aborratado de gente entre guitarras, asados y medio y medio de Roldós. Los calendarios 2009, volarán por los aires de la Ciudad Vieja. En la escollera bramará una furia de espuma y los barcos permanecerán silenciosos.

En el norte, cada loco con su tema. Depende de las tradiciones y las necesidades. Millones de personas añoraran estar en su tierra con su gente, otros se abrazaran a su familia de amigos, la que han construido a base de años y experiencias. Algunos se irán de viaje solos, otros se emborracharán en las barras de los bares.

Entre el recuerdo de lo vivido y el delinear del porvenir, habrá que decir adiós y dar una bienvenida.
Ritos pequeños simbolizando pasos grandiosos.

Decir adiós a un amor y dejar la puerta abierta para "quizá", "tal vez", "con suerte" otro amor llegue.
Despedir viejos hábitos y visualizar un poco de salud.
Ahuyentar fantamas, romper cadenas, liberarse de uno mismo, enfrentar miedos.
Borrar mensajes, bloquear correos, conocer nuevos amigos, cortarse el pelo.
Deshacer, destruir, tirar a la basura, alivianar la mochila. Decir adiós.
Abrir el corazón, ventilar el alma, escribir el deseo, vivirlo. Darle la mano a la sopresa.

Del año nuevo no quiero más de lo que es: un año para aplicar lo aprendido en el anterior.



Adiós 2009, te me llevas muchos pedazos de mí y me dejas más fuerte que antes.

martes, 29 de diciembre de 2009

Reflexiones de finales de año.


Escribo esta nota mientras escucho a Charly García en "Filosofía barata y zapatos de goma". ¿Qué tiene de relevante este dato? Mucho. Al menos para mí. La música lo he dicho mil veces, es mi refugio así como las películas son mi evasión. Charly (a mi modesto punto de ver las cosas) además de ser el mejor músico y compositor de rock latinoamericano) es el más auténtico de todos. Y la autenticidad tiene un precio muy alto a pagar.

Ser auténtico en las palabras y en las acciones es la misión más noble que se puede emprender en esta vida. Sin embargo, el mundo en general no lo perdona. La autenticidad aterra. Y a la vez atrae. Pero a la hora de tomar partido lo "políticamente correcto" (frase decorosa) gana a lo que en realidad se piensa, se siente, se desea. Después de todo ya bastante dificil nos la ponen delante como para que además nos jodamos la vida diciendo lo que realmente sentimos, deseamos, queremos.

Yo vengo de un lugar donde la gente por lo general dice las cosas como las ve o como las piensa sin importarle mucho la forma o lo que genere alrededor. No importa si dos o tres "verdades" asesinan la ilusión de otro. Antes que nada uno dice las cosas como cree son. Y con la verdad o sin la verdad en la mano, uno intenta hacer lo que siente a como dé lugar.

No me gustan las mentiras para ser feliz. Sin embargo vivo rodeada de ellas. Mentiras decorosas, políticas, correctas, bellas mentiras que generan altas divisas. Sea en dinero o en emociones. Sea en comodidad o en imagen. Todos culpamos la fantasía y todos vivimos de ella. Y de la fantasía a la hipocresía hay un mínimo paso de distancia.

Cuán dificil es ser auténtico y expresar lo que realmente vivimos, sentimos, pensamos.
Seguramente si lo hicieramos el mundo nos devoraría. El mismo mundo que nosotros creamos. Dicen que el alumno supera al maestro, yo digo que la obra supera al autor. Este mundo de hipocresía legal lo construimos nosotros día a día. Y nuestra propia creación nos va comiendo.

Pero en estas fechas (como lo escribí por ahí en algún comentario) todos somos un poco más buenos, más solidarios, más justos, más amorosos. Parece ser que una semana de bondad, justicia y amor inclinara la balanza hacia lo que debería ser y no es el resto del año. Esa mentira a muchos les hace feliz. Me atrevería a pensar, al 90% del mundo. Aunque no soy buena para las estadísticas y tampoco me preocupo de ellas.

"Filosofía barata y zapatos de goma" quizá durante todo el año es lo que tenga para darles. Pero aseguro que doy y daré lo más auténtico que tengo. Aunque no puedo negar que el norte me ha domésticado en su pose de ser hipocritamente correcta (perdón debí decir "politicamente").

Dicen, "a la tierra que fueres haz lo que vieres".

( recomiendo escuchar la canción: "Filosofía barata y zapatos de goma" de Charly García)

sábado, 26 de diciembre de 2009

regalito de amor

Quienes me han leído por muchos años (desde mis antiguos espacios blogeros, foros y alguna que otra página electrónica) ya lo conocen. Es ese manojito de ternura que cuando me mira asoma mis ojos al cielo y me hace sentir que en algún otro lado, hay un mundo de amor.

De él he escrito unos cuantos post, y a él le debo mi mejor relato.
Este año, mi Theo sufrió su tercer accidente grave. Creí perderlo. Sin embargo una vez más me demostró sus ganas de vivir.

Amor, cuidado, oraciones, energía no le faltaron. De su mami y de los amigos y amigas de su mami que le han conocido a través de la red.
Sin pretensiones audiovisuales aquí les dejó en nombre de Theo y mío nuestro agradecimiento por ello.

El amor tiene diferentes formas, he aquí el mío:



A ustedes quienes no necesitan conocernos frente a frente para apreciarnos, gracias.

viernes, 25 de diciembre de 2009

din don dan II

No, pues, si yo lo tengo claro.
Tengo claro que el mundo espera una postal de mamá, papá y los niños delante de un gran árbol de Navidad. O en su defecto, un video de dos mamás con las dos niñas adoptadas en Moscú luciendo esos clásicos gorritos rojiblanco de Noel.

Es entendible. Al mundo, tu mundo le gusta ver esa bella idea del amor familiar que le han pintado desde los tiempos de Cristo. Ni modo que desee ver un hombre enfermo y solo tirado en la calle o un jornalero pidiendo trabajo en la puerta de una Iglesia con una gran leyenda de ¡Feliz Navidad!.
No, si la televisión y las revistas se han encargado muy bien de vender las ideas biblicas.
Todo es luz, brillo y paz. Unión y mucha comida para aminorar la culpa por la falta de ella en millones de manos humanas.

¿El resto?
El resto del año se vive en el infierno. Pero en Navidad todo es perfecto.
Blanco y puro, inmaculado como la nieve sobre las rocas desnudas de verano.
Dentro los leños ardiendo junto con la memoria de los buenos tiempos. Aquellos que se quedaron tan lejos como las postales que mi prima envíaba desde Madrid en los 70.
La gente y sus regalos, los padres con sus hijos, los abuelos con sus nietos, los amigos con su familia inventada, los maricones con los travestis hinchados de wisky y ron mientras los sin-familia, sin-hogar, sin-amigos, sin-comida se esconden y se abrazan a sí mismo en la soledad de alguna casa rodante o misión del gobierno.

Es entendible, el mundo no desea ver una postal de la vida. El mundo espera el "instante Kodak" que le han inventado para dos de los trecientos sesenta y cinco días del año.

La cristiandad ha sido el cuento como mayor divisas ganadas en el mercado de la literatura fantástica. ¡Y cómo le alegra la vida el mundo!
Al resto, a los que no jugamos el juego, nos llaman amargados.

jueves, 24 de diciembre de 2009

din don dan...

Nunca he sido poseída por espíritu navideño alguno, pero este año, la cosa viene peor. A tan magnitud ha llegado mi desinterés por el tema que ya ni siquiera por obligación, compromiso o cariño alguno me he dignado a realizar alguna acción de las esperadas en estas fechas por el resto de los mortales que me rodean.

Es como si mi calendario por alguna mágica razón hubiese saltado del 24 de diciembre hasta el 1 de enero. Cuando mi jefa hizo el anuncio de vacaciones para todo el mundo, lo primero que pensé fué: "no tendré que salir a la calle, gloria a dios".

Y ha sido el paraíso espiritual que siempre anhelé.
Me he dado una buena sobredosis de información desde la prensa electrónica, me he esplayado en Facebook y Twitter a mi antojo. He tomado ron y tequila todos los días. He leído un par de libros durante toda la madrugada, he mirado ya decenas de películas y he bajado ciento de canciones.

Ni las postales navideñas, ni las luces, ni los santa inflados, ni los arbolitos de plástico, ni los regalitos por compromiso, ni la sobredosis de comida, ni los saludos a fuerza, ni los villancicos, ni la gente histérica en los centro comerciales ha tocado mi mente, cuerpo o espíritu.
Quisiera saber cuántas personas tendrán el privilegio del cual estoy disfrutando yo.

Imagino sus comentarios mentales al leer mi post. Pensarán que soy una de esas viejas infelices que viven solas porque nadie las soporta. O qué carezco de toda espiritualidad. Para no desilucionarlos les voy a decir que he tenido mi momento de reflexión navideña.
He dado gracias por lo más importante de mi vida en el 2009.

Y aquí les va:

Gracias por:

1. Facebook.
2. Twitter.
3. Blogger.
4. Gmail
5. You Tube.
6. Netflix.
7 Flirck.
8. Pandora
9. LastFM
10. My Space.

y por sobre todas las cosas IMac, Ipod y Sprint.

Ya. Ahora me siento en paz.

martes, 22 de diciembre de 2009

religiosa sin religión

Soy uno de esos seres diabólicos que se ha revelado a la santa madre iglesia y sin embargo usa una cruz en el pecho. Soy de las que entrelaza a Eros con la imagen de una Virgen. De las que fantasea masturbar a una mujer con una cruz. De las pecadoras a rigor. Y de las que no calla sus pecados.
Quizá por eso he sido condenada, marginada. No es fácil aceptar la honestidad de quien no esconde nada, ni siquiera su enfrentamiento a Dios.
Aún así, me considero la más religiosa de las mortales. Para mi, el arte y la belleza son religión. Y la religión no escapa al arte. Por lo cual soy devota de los dos.
Amo la madona escondida en el corazón de las mujeres, y la sensualidad oculta de las vírgenes en los murales de las iglesias. Amo el ritual del rezo sobre un cuerpo desnudo, la poesía de la Biblia sobre un pubis angelical, el rosario en las manos desnudas de quien teme y a su vez enfrenta los ojos de Dios.
Pero no puedo amar la hipocresía ni la esclavitud.
Y entonces cuando me preguntan digo no tengo religión.

Sé que mis palabras generan miedo y a la vez curiosidad. A la historia le sobran testimonios de dónde terminan los blafemos.
Y aún así debo contar lo que pienso, por si las dudas alguien piensa retorcidamente como yo.

Correspondencia.

Me desvelo en cada letra que te escribo pero sin tus letras nada tendría sentido.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Tristeza de amor.



Por ser en ocasiones un reflejo de mis estados de ánimo, la música es mi refugio. En cambio las letras cuando -son mías- suelen ser tan dolorosas que prefiero hecharlas a volar y no dejarlas conmigo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

confesión

Quisiera escribir las frases más bonitas que despertaran en tí el deseo de mí. Contarte mil historias, de las vividas y de las inventadas. Responder a todas tus preguntas, saciar toda curiosidad. Develarte mis secretos, confesarte mis maquiavélicas intensiones para contigo.

Quisiera desnudarme en cada letra para terminar con cada una de tus dudas. Ser como el mármol de una estatua a la cual tus ojos esculpiera. Una vocación por descubrir en ti. Un reflejo. Un ansia desbocada. Una pasión contenida por siglos, un lienzo donde poder derramar tus ganas.

Quisiera ser la pluma con la que escribas tus cartas. Y el papel donde dibujaras tu letra. La mano caliente que desbordara la fuente de tu sexo. La humedad de tus paredes, el quejido de tu poesía oculta. La historia familiar que aún no haz contado.

El primer paso, la primer caricia en tu espejo. Y el último gran amor que aún no haz vivido.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

jugar mi propio juego





Cuando era niña las otras niñas se me hacían aburridas. Mientras en mi mente fluían historias que luego iban tomando cuerpo en forma de juegos solitarios, ellas, compartían su tiempo copiando lo que veían: ser mamá, esposas, amas de casa y maestras.

Mis juegos eran creativos y por ende, diferentes.

Ellas se me hacían aburridas y yo se les hacía rara.

Tenía tres juegos favoritos. Los tres estaban poblado de personajes y muchísimos diálogos. En dos de ellos era varón, en el otro mujer.

1. Me encantaba ser profeta. Era un profeta muy sabio. Ataba mi pelo largo con un hilo negro, ponía sobre mis hombros una mantita gris que había pertenecido a mi abuelo Marco, usaba unos jeans viejos, me descalzaba y con un montoncito de libros bajo el brazo me iba hacia un pequeño monte de eucaliptus a las afuera del barrio. Nada de lo que me rodeaba era lo que los demás veían. Visualizaba cientos de personas sentadas en el descampado escuchando mis profecías. Juraba que mi cabeza estaba afeitada, que la vara de eucaliptus que usaba para apoyarme al caminar era un bastón sagrado que había pertenecido a monjes solitarios. Era un anciano que compartía su sabiduria y experiencia con el pueblo. Tenía el don de adelantarme a los tiempos. El juego me costó varias palizas de mi padre. Los vecinos le llamaban preocupados cuando me veían caminando rumbo al monte sola descalza. Y las niñas creo entre curiosas y miedosas se alejaban de mi. A pesar de eso, a la hora de la siesta cuando todos en casa dormían volvía a jugar a ser profeta.

2. Tenía un personaje llamado Emilce. Emilce era un apuesto chofer. Conducía un camión de carga que transportaba diferente tipo de mercancía hacia otros países del mundo. La libertad y la aventura eran los compañeros de Emilce. El cual en sus recorridos recogía hermosas chicas que salían a la ruta. Y como todo un Don Juan les invitaba a conocer el mundo. A Emilce nunca le faltaban novias pero con ninguna se casaba. Tampoco le quedó mundo sin conocer. Más que un chófer de camión mi personaje era un conquistador.


3. Mi otro juego favorito era ser escritora. Nunca he entendido por qué escritora y no escritor si en mis otros juegos siempre fuí varón. Pero así sucedió.
Escribía cartas de amor que luego regalaba a mis compañeras. Convengamos que en esta época tenía entre siete y diez años. Por desgracia debido a mi movida historia familiar, no conservo ninguno de mis primeros escritos pero daría lo que no tengo por encontrar alguno de ellos. Como escritora era una mujer independiente que vivía en la playa y escribía siempre mirando al mar.

Estos tres personajes eran los que solían acaparar mi tiempo fuera de la escuela. Pero había más: ser locutora de radio, ser un cantante de tango, ser un vagabuno.

En el barrio se resignaron a mis rarezas y atribuyeron estas desviaciones infantiles a la muerte de mi mamá y a la depresión de mi papá.Sin embargo la resignación apacible del barrio ante mis juegos extraños no evitó la la marginación social a la que fuí sometida años más tarde.

(algún día la historia continuará)

lunes, 14 de diciembre de 2009

al recuerdo de viejos romances

de romances viejos

Viajo desde el silencio malsano de las manos que dejaron de acariciarme hasta tus manos blancas nuevas y ajenas. Viajo desde el dolor de no tener mi pelo entre sus dedos flacos, hasta el anillo de tu pulgar ajeno. Viajo desde el olvido de un aroma a lavanda, hasta el agua de rosa de las gotas esparcidas por tu magia.

Te dejo llegar hasta mi rostro, te dejo expresar lo que provoco, te dejo verme así, solitaria, vulnerable y frágil. No detengo tus discursos ansiosos de encontrar respuestas a tu conciencia. No detengo la fidelidad atada al compromiso ni la represión de tus manos que mueren por acariciarme.
No pregunto, no imploro, no insisto.

Me basta tu mirada tierna y tu osadía de no pedir permiso para hacer el café. Me basta que quieras a mi gato y seas bruja quemando incienso, encendiendo velas, invocando espíritus de las que pasaron antes que nosotras. Me basta, haberte conocido a destiempo o en el tiempo justo que no es mi tiempo. Me basta saber que en algún lugar existió el encuentro. Me basta eso: que tomes mi mano, que abrases mi cuerpo, que me niegues el beso.

Porque me basta mirarte, que calles la boca, que me dejes escuchar tu corazón. Que ni espero, ni sueño, ni deseo más que el minuto de ese pensamiento que en el ayer tuviste antes de dormir a mi lado. Imaginarte como sería hacer el amor en una recamara violeta y que no te importaran las fotos de Julia Roberts por toda la casa.

Que compres sombreros al estilo Mona Lisa Smile y que recuerdes que existo lejos de tu casa, pero existo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

La canción que sonará en mi funeral.

en cuerpo ajeno

Quisiera ser un genio. Un genio como Rilke o Hesse. O ser simplemente un cerdo. Un cerdo como Miller del cual las sensitivas escritoras se enamoraran.
Quisiera ser un guitarrista flamenco de pelo largo y dedos largos. Un espíritu idolatrado por las féminas de herencia andaluza.
Pero soy una mujer.
Me parta en mil pedazos con más de macho que de hembra, soy biológicamente una mujer.
No uso el pelo corto cortado a la garzón. Ni pantalones masculinos. No sé nada de mecánica ni de autos, ni siquiera manejo. No juego al fútbol y tengo un par de tetas que ni en sueño quisiera operar. Para el arzobispo o párroco de la basílica soy un engendro. Para la virgen un mural. Para la señora del cantinero un vaso a llenar de alcohol, para la chica exploradora un enigma. Para la periodista un artículo por escribir. Para la hembra curiosa, un terreno a explorar. Para la poeta una inspiración. Para el pichón de escritor, una razón de cuento. Para la mujer, una incognita...ni hembra ni varón.
Es el miedo de los otros.
El propio miedo de ellos mismos.
Yo no tengo miedo.
He nacido sola.
He vivido sola.
He de morir sola en un cuerpo ajeno.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La casa de Dios.

En México era como vivir cerca del cielo.
Habían dos fronteras, una para entrar al paraíso, y la otra para resguardarse del infierno.

La primera quedaba rumbo al norte cruzando el Río Bravo.
La segunda pasando Chiapas hacia el sur.
Ahora que crucé el purgatorio y estoy lejos de Sudamérica, me doy cuenta que a Dios se le olvidó avisar su cambio de domicilio.

martes, 8 de diciembre de 2009

Cat Power: Wild Is The Wind

por un antojo

Bebo un sorbo. Aspiro hondo he intento escribir tres oraciones. Las borro. Acaricio al gato, miro de reojo la botella y escribo un párrafo. Lo borro. Nada resulta. Descuelgo la gabardina marrón, me enfundo la bufanda gris, abro la puerta, bajo dos escalones. El frío congela mi rostro y salgo caminar. Camino una cuadra. Es de noche, solo un par de autos dan la vuelta. La polícia estacionada en la esquina espera. Camino, doy vuelta la esquina y entro en la tienda del indú que habla español mejor de lo que yo hablo inglés. Compro otra botella de Ron (Run) y una palta (Avocado-Ahuacate).

Desde ayer tengo antojos de avocado (palta-ahuacate). Los antojos -decía mi mamá, que en paz descanse- son deseos escondidos que sale en forma de caprichos. Decía que no había que hacerle caso a los antojos. Pero mi abuelo -paterno- cuyos 99 años le otorgaban sabiduría suficente como para hacerle caso, decía que los antojos eran necesidades del cuerpo y como tal, debíamos satisfacerlas en el momento. No fuera cosa que al otro día la muerte nos sorprendiera y nos llevara el cuerpo con la necesidad a cuesta.

Por eso mi abuelo-que en paz decanse-comenzó a fumar a sus 90 años. Por un antojo. Y la muerte se los llevó a los 100. Me gustaría saber si a mi abuelo le hubiese gustado conocer Los Ángeles. El jamás subió a un avión pero contaba que de niño su bisabuelo le decía: "un día las vacas van a volar". Y el no creía en esa especie de premonición. Entonces, cuando supo de los aviones que nunca vió de cerca, dijo "mi bisabuelo tenía razón..." Bueno, mi abuelo nunca voló. Mi padre tampoco. Pero yo sí, y a veces me gustaría saber que pensarían ellos de verme aquí después de haber tomado un avión por un antojo.

Llego de nuevo al espacio que me hace de casa. Acaricio el gato.Dejo las botellas sobre el escritorio. Me sirvo otro trago. Guardo la gabardina y la bufanda. Escribo tres párrafos y algo, no los borro.

domingo, 6 de diciembre de 2009

10 años atrás...o como si fuese un siglo

8 de diciembre

Diez años atrás enfundada en una gabardina gris, con dos maletas y una matera abordé el vuelo 702 de las aerolíneas Pluna-Varig. Exactamente a las cinco de la tarde,cuatro amigos me despidieron en el aeropuerto de Carrasco. No se valía llorar. El futuro aguardaba tras la puerta de embarque.

8 de diciembre de 1999, desde las nubes divisé el Popocatelpec y escribí en mi libreta marrón: "viajo suspendida en las alas de Dios...el amor me aguarda, México también".

Fuí feliz.
Inmensamente feliz.
Lo demás no importa.

jueves, 3 de diciembre de 2009

si la dejan bailar...¡tremendo lío!

de alcoholes

El alcohol siempre ha estado a la medida de mi bolsillo y de mi status social.
Cuando era adolescente, en la tierra en que nací, mis amigos y yo juntábamos cada centésimo para comprar el llamado “vino suelto” o “vino lija”. Ese que en vez de uva, se conformaba de pura química sintética.

El efecto era terrible: las peores borracheras de mi vida. Borracheras en las que caía inconsciente sobre cualquier vereda del barrio. Las qué, no solo me perdían la memoria de toda una madrugada, sino que además, ejecutaban diabólicas sinfonías en mi estómago.

En mis últimas borracheras de adolescente pobre, me juré no volver a tomar vino lija. Debía ser lo suficientemente solvente como para echar menos basura a mi hígado y tener dignidad en mi embriaguez. He aquí que me volví empleada pública. Al menos no solo tendría jubilación, sino también un dinerito para comprar vinos de marca reconocida. Tampoco era cosa de beber de la Borgoña pero al menos incursionar en los Santa Rosa.

Allí comenzó mi viaje hacia la adultez: borracha de clase B con altas aspiraciones a obtener la clase A. De ese modo he conseguido catar vinos de latitudes que jamás pensé beber.

Y una cosa era beber sola otra diferente, beber acompañada. Y si la compañía era una hermosa mujer, el vino debía ser más fino. Recuerdo aún aquel vino verde de Portugal, bebido en una esquina elegante de la Ciudad Vieja, con la musa de mis poemas...
¡Tan diferente al vino tinto suelto de la bodega de don Ruiz, allá con mis amigos del pueblo donde nací!

California tiene lo suyo. Digamos que los vinos del valle californiano se comparan a los del valle chileno. Amén de que mi economía, por más que sigo siendo pobre, me permite comprar las marcas que desee de cualquier parte del mundo.
Sin embargo hoy he viajado atrás en el tiempo.

La escena ha sido la siguiente:
“quiero tomar vino...así que iré a Traders Joes a comprarme un Casillero del Diablo, llegaré a casa y haré ñoquis y miraré sola una peli mientras ceno...”
Todo quedó en el pensamiento porque al ver aparecer mi bus, preferí llegar al barrio y comprar un vino en el supermercado cercano a casa.
¡Que tonta ilusión la mía! Olvidé que mi nuevo barrio es de chicanos y mexicanos. Ellos no toman vino, así que encuentro todas las maracas de cervezas nacionales e importadas –obviamente todas las marcas mexicanas habidas y por haber- y yo, que no tengo ganas de cerveza sino de vino entro en frustración total.

Mientras hablo con la cajera preguntando por donde consigo vino, me dice que al cruzar la calle se encuentra una licorería. Salvada por la mano de la diosa, me digo “obviamente allí tendrán varias marcas de vino y además wisky, tequila y otros néctar divinos”. Inocente de mí, sigo encontrando marcas de cervezas. Y escondido en un rincón una botellita solitaria con el título de ¨Merlot¨ sin marca.

Eso si el vino más barato que compré en mi vida de inmigrante: 1 dólar.

He aquí que a la madrugada del sábado me agarró con un vino lija, buscando mi álbum de fotos viejas recordando aquellos vinos sueltos que compartíamos con los amigos. Cuando las estrellas nos guiñaban los ojos mientras dormíamos borrachos no solo por el vino sino por la libertad que nos acobijaba.

martes, 1 de diciembre de 2009

el SIDA toca a todos y a todas

La primera vez que escuché hablar de SIDA fue en el año 1986. Mientras en la llamada MECA GAY del mundo los maricones (en su mayoría) morían abandonados en los hospicios, en Montevideo mis amigos seguían levantando amantes por la 18 de julio sin usar condón. Nadie hablaba de esa extraña enfermedad que había entristecido a los más "alegres" de la sociedad del norte.

La noticia nos llegó tarde. La noticia nos llegó cuando a la Coneja, "la vestida" más popular del pueblo, le salieron una especie de llagas que le obligaron a permanecer encerrada por varios meses. Las fiestas clandestinas en los suburbios continúaban con total normalidad mientras la anfitriona más popular moría sola en su casa de una extraña y silenciosa enfermedad. Porque de SIDA en aquel entonces nadie se atrevía hablar.

A la Coneja la fiebre y las llagas se la llevaron pronto. Después vino el Pirulo, el bailarin de la comparsa lubola. Pero lo más extraño fue cuando el Pepe, (el marido de María la kioskera) cayó en cama con fiebre y no se levantó más. El Pepe trabajaba siete días en el campo y al séptimo visitaba a su mujer en la ciudad. En una de esas visitas contagió a María la cual estaba embarazada y a su vez contagió a su bebé.

Entonces varios murieron y nadie hablaba nada de esa extraña peste que ya en el norte tenían descubierta y algunos le llamaban "Rosa".

Y de ahí surgió el miedo. El miedo a tomar en el mismo vaso de mi amigo José porque era puto y nunca usaba condón y quien podría asegurarme que por su baba no me contagiara como se contagia un resfrío o una gripe.El miedo estúpido porque en realidad, jamás tuve conciencia de cuidarme a la hora de tener sexo.

Eramos jóvenes, impulsivos y sabelotodos. Creíamos que la nueva peste venía como encapsulada en una jeringa o en un pene. Pensabamos que las mujeres vírgenes de hombres estabamos absueltas del contagio.

Hasta que en los 90 y pico, cuando la televisión comenzó a llamar las cosas por su nombre y el ministerio de salud pública dice que hacía sus campañas de alcance, alguien me obligó hacerme mi primer prueba de HIV.

No recuerdo bien el interrogatorio de la enfermera pero tengo una vaga idea de su convicción al decirme "cero por ciento de posibilidades a contraer el virus por ser lesbiana". Error. Jodido error.


Continúe mi vida de libertad sexual como si nada. Para tener sexo con una mujer bastaba solamente gustarse, mirarse y cojerse. Nada de historia amorosa, nada de interrogatorio sobre el pasado, menos sobre vida sexual. En esas idas y venidas de bares y de camas conocí a Silvia. Durante tres meses el deseo y la pasión le ganó a la cordura. Ni yo pregunté su historia ni ella preguntó la mía. Tampoco usamos protección alguna.

Pasaron seis meses desde la última vez que estuvimos juntas. Ni ella sabía de mi ni yo de ella hasta que recibí una llamada telefónica. Silvia estaba en el hospital y su médico quería hablar conmigo.

La primera vez que sentí un sudor helado correr por mi frente fue en julio de 1999, cuando el doctor que atendía a Silvia me comunicó que debían hacerme un exámen de HIV inmediatamente.

Silvia era bisexual y había sido diagnosticada con el virus un año atrás. Durante tres meses había tenido sexo sin precausión alguna con Silvia. Ergo, yo, la intocable de la peste por primera vez tuve verdadera conciencia de que el SIDA podía tocarnos a todos.

La vida me dió una oportunidad. No fuí de las contagiada pero pude haberlo sido.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

un momento convertido en sueño

He soñado que llevabas una falda de colores. Una falda con franjas verde, azul, violeta y blanco. Tenías puestos unos aretes de plata y un collar de piedras lila. En tu mano derecha algunas otras alhajas.

He soñado que tu falda coqueteaba frente a mis ojos. Se movía al ritmo de tus piernas bajando las escaleras de una casa con un altar thailandés y una piscina con pescados japoneses. Eras como un cuadro pintado sobre una tela asiática. Con dos elefantes alrededor y algunos morrones de colores vivos por detrás.

Eras arte.

Bajaste la escalera de aquella casa decorada de silencio y aroma a jazmín. Sonreíste pensando que te gustaba aquella casa. Dijiste: "siempre queremos más".
Mirabas los árboles con devoción, y deleitabas mi oído con tu voz. Tu voz...
No lo imaginaste, no lo intuiste, no lo sospechaste.

Yo lo soñé.

Soñé que dentro de tu auto, al borde de un camino estrecho frente a un cañon profundo desde donde veíamos la ciudad mi mano se deslizaba bajo tu falda de colores verde, azul, violeta y blanco. Y tus ojos ya no pretendían más, solo exalaban arte. Mientras tu cuerpo se contorneaba al ritmo de la música del mundo.

Mad World

martes, 24 de noviembre de 2009

Historia del reloj.

Reloj I.

El pueblo era como una siesta de domingo, jamás sucedía nada. Todo era calma, quietud y silencio. El aburrimiento parecía ser la norma, pero no lo era. Cada uno encontraba diversión a su manera. La más aceptada socialmente era ir a misa de ocho de la noche y luego a la discoteca del club social frente a la plaza.

Yo pertenecía a la clase de antisociales que no encontraba diversión ni en una ni en otra opción. Así que me sentaba en el banco de la plaza frente a la Iglesia a tomar vino con tres o cuatros amigos que jugaban a ser artesanos. En realidad, solamente soñábamos con huir de allí. Y que mejor forma de escape que ser diferente al resto.

Teníamos tres cosas en comunes: la rebeldía, la juventud y la libertad. La primera nos había costado cara. La segunda, se nos había dado gratis y la tercera había que conquistarla todos los días. Conjugadas las tres el resultado era: un montón de vagos al pedo. El pueblo no entendía de nuestros sueños, tampoco de nuestras reivindicaciones.

Era un pueblo típico de herencia española, fundado por mal vivientes venidos de Málaga. Así que se nos denominó malagatos, y por deformación quedó como maragatos. Tenía una estación de tren con un roble enfrente, una plaza céntrica y cuatro de barrio, sus calles pobladas de árboles daban un olor característico y una alergia a los ojos en otoño que detestaba con toda el alma. El asfalto por ese entonces era escaso, así que la mayoría de sus calles eran a pura tierra y sin saneamiento. Pero el pueblo tenía un gran orgullo llamado Iglesia. Y la Iglesia dos torres que se veían de cualquier parte de las rutas circundantes.

Era conmovedor para un “mal a gato” perdón, maragato, venir desde la capital y ver cuando aparecía entre las cuchillas de la ruta 3 las torres erguidas y terminadas en punta. Pero lo más sobresaliente del orgullo no era la Iglesia ni las torres, sino el reloj.
Un reloj inmenso, potente, artístico puesto allí por la fuerza de muchos hombres exactamente en la torre izquierda de la catedral. Este reloj tenía una historia que nunca supimos si fue inventada o fue real.

Cuando la importancia de un pueblo no pasa por grandes acontecimientos como una batalla o la fundación de un puerto, las leyendas aparecen de la nada; nacen de la imaginación como una pequeña semillita anónima, luego se trasmite en forma oral, crecen y vuelan de generación en generación hasta convertirse en historia. Entonces el pueblo, adquiere importancia.

Se decía que aquella joya de la artesanía del tic-tac había sido enviado desde algún lugar de Europa rumbo a la capital de Costa Rica, y por una confusión lo dejaron en otro pueblo que llevaba el mismo nombre, o sea en mi pueblo. Cuando llegó allí, los primeros pobladores que no tenían hábito de ser muy honestos, decidieron quedárselo. El orgullo de haberlo retenido y haber luchado contra las autoridades costarricense que reclamaban su reloj, convirtió a los “mal a gatos” en valientes, aguerridos y luchadores por lo que querían, aunque no fuese de su propiedad.

He aquí, que el reloj a parte de ser bello, tocaba las campanas a cada hora.
Una....una campanada
Dos...dos campanadas
Tres...tres campanadas
Cuando eran las doce, era una fiesta escuchar desde el campo las campanas de la Iglesia. Parecía que todos los días al mediodía y a la medianoche se movía el cielo.


Yo había nacido en aquel lugar, al igual que mis amigos, por lo tanto el reloj era parte de nuestra cotidianidad y de alguna manera nos marcaba el alma. Cada uno de nosotros al crecer, dejó el pueblo y tomó otros rumbos. Uno se fue a Brasil y se convirtió en pescador en Bahía de Todos los Santos, el otro civilizadamente se casó tuvo hijos y se hizo cajero de un banco extranjero en la capital, el Rosamel se hizo artesano de verdad y se fue a trabajar huesos al amazonas; yo, seguí siendo “rara” y me enamoré de una mujer casada que vivía muy lejos del pueblo del reloj.

(Esta es una serie en algún momento vendrá la historia del reloj II)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Urgando en la memoria.

Alta. Flaca. Elegante modelo a los 25. Política agringada a los 40.
Intento de reportera por tener cara bonita en tu país de origen a los 29. Intento de millonaria por casarte con un productor de Hollywood a los 42.
Ingles sin acento. Imagen de un catalogo para mujeres maduras.
Te miro y me deslumbran tus ojos negros y tu nuca modelo Dior.

Extiendes tu mano, y observo tu sonrisa decepcionada y tus ojos asombrados de verme bajar de mi bicicleta verde, en lugar de un BMW Z3.
- Pero si vives en Bervely Hills ¿cómo es posible que no manejes?
- Soy ecologista - respondo segura de mis convicciones. En realidad no voy a decirte que no tengo licencia de conducir. Y que encima, ¡en mi puta vida intente aprender a manejar!

Siete de la tarde y te disculpas por la tardanza, la reunión estaba agendada para las 6.30. Te molesta mi comentario irónico de preguntar, si habías adoptado el horario latino para tus reuniones de negocio. Me presentas cinco maniquís sacados de escaparates yupis con distintivo demócratas en la solapa de sus trajes. Intento no dormirme en la reunión y poner cara interesada en el tema. Los asuntos políticos del primer mundo, son el futuro de nuestra raza. Por lo tanto, una buena latina debe estar inmiscuida en las elecciones presidenciales del regidor del mundo. A como de lugar, tus ojos evaden los míos, no sea que te quiera distraer de la agenda.

Nueve de la noche. Al fin acaba el tormento de escuchar la logística para el evento por el voto latino. Caminamos hacia tu auto, y con mucho nerviosismo pides disculpas por tu estrés y por tus arrebatos de cólera durante la reunión. Sientes que la imagen se ha visto dañada por las emociones del cansancio y la urgencia del evento. Comienza mi estudio analítico de tu persona:
Formal. Fría. Distante. Una cerveza y la informalidad, la risa y la cercanía, se harán parte de la realidad.
Me invitas a cenar. Y poco me importa que tu auto sea un Mercedes 2004.
Lo que me importa, es saber que tan feliz eres en la cama.

(Escrito en un Foro por el 2004)

sábado, 21 de noviembre de 2009

Describir el color azul y lo que veo.

Los rectángulos espejados del salón azul daban vueltas en su cabeza. Uno al lado del otro sobreponían sus formas dentro de una mente conformada por neuronas en estado alterado. Líneas rectas, perpendiculares, paralelas se transformaban en curvas, hipérboles y cilindros que no dejaban de ser sólo espejos rectangulares sobre una pared azul.
Al decir de Castaneda, “La realidad aparte” ganaba territorio a “La realidad ordinaria”.

Marissa bailaba con Imanjá en “Espejismo”.
Diosa de los pescadores Bahíanos dando vueltas en su vestido color mar. Pelo suelto negro y ojos brillantes invitándole a danzar. Indicaba el paraíso ansiado, la búsqueda del nirvana había concluido una noche de sábado en un burdel de mala muerte de la calle Jackson al 1100. Marissa tomando la mano de Imanjá deshojando la soledad en una sonrisa de mujer divina.
- Es idéntica a la estampita que me regaló la vecina –pensó extasiada de placer-
¡Es la misma mujer que soñé la otra noche!
Recordó su vagina mojada por el placer al despertar de la mañana siguiente.
Desde ese momento comenzó una lucha desaforada por encontrar el camino a su sueño.
Buscaba el rostro iluminado de la virgen en la universidad, en los café que frecuentaban sus amigos intelectuales, en las pinturas del museo de Bellas Artes, en las revistas, en los catálogos de perfumes, en los almanaques y hasta en el internet. Hasta ese momento, no había podido alcanzar la visión de tenerle frente a sus ojos.
La imagen era perfecta, Imanja parada frente a ella, nítidamente los colores brillaban, los movimientos eran grabados en cámara lenta para que Marissa pudiera observar cada punto en el orden exacto de las líneas del cuerpo. Imanja invitándole a danzar. La gente desapareció del lugar al tiempo que su piel estremecida de a poco se iba metiendo en el cuerpo de la imagen. Mujer y virgen en una intimidad real, tan real, como los sonidos del salón azul.
Marissa reía, su mundo era solo esa vaga idea de alcanzar el sueño. Lo demás, era apariencia. Poco importaba el precio a pagar por unos minutos de orgasmos visuales.
Cuatro horas antes estaba en su apartamento llorando por el amor perdido, increíblemente había aceptado ir a bailar con su mejor amigo. Dejarse llevar por la invitación fue su decisión más acertada, las sorpresas aparecen en los lugares menos indicados.
-¡ Encontrar a mi virgen en un burdel de mala muerte!-sintió reverencia y dudó si no estaría cometiendo un sacrilegio.

Por un segundo Imanjá desapareció de su campo visual, Maritssa angustiada corrió a buscarle al baño, a la ropería, a la barra...
Alguien tocó su hombro:
-Che, loca rajemos, llamaron a la cana. – y miró a su amigo con la cara desfigurada del susto.
-Pera che! Que mambo te hiciste! Si no pasa nada. No me cortes la historia. Estoy buscando a la virgen...digo a una chica.




Pero no le queda otra opción que seguirle, antes que le arrastre hacia la puerta.
A pesar de no sentir el más mínimo deseo en irse sabe que la realidad es otra.
La madrugada fría golpea en su cara y el contraste de temperatura en la piel hace agitar los pensamientos de Maritssa. Quien comienza un nuevo viaje sin rumbo fijo.

-Donde vamos Fabi?
-A tu casa. Esto no da para más. Ya se terminó el sábado.
-Pera, necesito agarrarme de algo – y se le da vuelta el paisaje.
Paremos en ésta esquina. Ahí,en el muro ese que está ahí. Donde esta la pintada,¿lo ves? – señala con su mano derecha un muro blanco pintado con letras azules.

Maritssa y Fabi bajan del auto, justo en la esquina del bar. ¨Cuba Libre¨ se lee en el muro,y sus manos como garras aferradas a la vida se prenden de lo bloques pintados. Sin saber diferenciar si el cartel,se refiere a la liberación de un país o al nombre de un trago Maritssa comienza un monólogo típico de filósofo de barrio o borracho de sábado:

-Necesito agarrarme de algo frío que me diga que estoy viva. Lo caliente me deja sin saber quien soy. Y si no sé quien soy, es porque estoy comenzando a morir. El límite entre lo que es y lo que aparenta ser es un hilo muy frágil de la realidad.
Todo es apariencia viejo!- le grita a Faby que solo arma un cigarro de tabaco rubio- mirá, la Maga andaba por las calles de París, y Cortazar la encontró y la hizo real, pero la maga ya existía, así como yo encontré a Imanjá esta noche.¿Vos te crees que nosotros descubrimos a la Virgen en un bar? La Virgen estaba ahí, solo que nosotros decidimos salir de casa con la idea de ir a bailar. Y encontramos la mujer que soñé el otro día, la misma virgen que viste hoy. Yo sé que supuestamente las vírgenes solamente se encuentran en las Iglesias, pero no es así. Y que además uno no debe exitarse con una Virgen, lo sagrado no tiene sexo. ¡Pero ya viste que bonita está! Solamente un muerto no puede exitarse con ella.
Me invitó a bailar y estaba igualita como la soñé el otro día. La mismita virgen que tengo en estampita, mira- y muestra una billetera de cuero negro- acá está, abrí y búscala vas a ver que es igual. Ya estamos en la mitad de la vida Fabi,, acordate que Dante lo dijo en la Divina Comedia, tenía treinta y tres años y dijo que estaba en la mitad de la vida. Después, todo es bajada. Vamos caminando a casa. Si me subo al auto me vomito toda.


Faby asegura el automóvil y continúan camino a pie.
Los dos amigos caminan lento, conocen el lugar y necesitan disfrutar la caminata antes de llegar. Solamente cinco cuadras hacia el norte y luego dos a la derecha será el recorrido final de la noche.







-Flaco, este camino no va a casa- asegura Marissa mientras da vuelta su cabeza en señal de negación.
-No embromes, ¡conozco el camino de memoria!
-Eso es lo que vos crees,¡ pero yo te aseguro que estamos perdidos!
Los árboles no son los mismos de siempre, los carteles no tienen el mismo polvo de todos los días, la casa no siempre está en el mismo lugar. Porque la casa está en un edificio, y el edificio sobre la tierra, y la tierra aunque no hay temblores se desgasta y no siempre está quieta en el mismo lugar. El punto es, no es el camino a casa. Estamos perdidos vamos a doblar acá a la izquierda.
Y Fabi la sigue con tal de no soportar el monólogo de ubicación y determinismo geográfico,con tal de llegar lo antes posible.

-Te dije que la Maga andaba por las calles de París, y que Cortazar no inventó nada, la maga ya existía. La cuestión es que nadie inventa nada, y nadie encuentra nada todo está ahí listo para tomarlo. Yo estoy perdida, y vos estas perdido. No conozco esté lugar.¿Le habrá pasado lo mismo a la Maga en París?¿ Se habrá perdido en la calle? La que sí se perdió fue Imanjá. Fijáte, ¡ venir a encontrarla en un bar de cuarta en lugar de verla en una Iglesia! ¡Una virgen bailando en medio de maricas, prostitutas y lesbianas! No tiene mucho sentido ¿verdad? Aunque nosotros nos vamos casi a la Iglesia, seguramente por eso nos estaba esperando en el bar.
Doblemos a la izquierda. Te digo, que estamos perdidos. No tiene sentido nuestra existencia. Nada de lo que vemos es real. Yo no se ni para donde voy y vos menos. Siete días a la semana trabajando en lo que sale, leyendo un montón de tonterías y creyéndonos poetas por escribir cuatro bobadas en una servilletas de bar. Litros y litros de cerveza en el hígado. Para ser intelectos, además de leer mucho hay que ser ebrio. Pagar una renta entre cuatro para vivir en la ciudad de los artistas, y soñar con Europa. Vaga existencia la nuestra. Es una búsqueda de ir a ninguna parte. Nos ves, estamos en el mismo lugar de donde partimos. Ahí ves, Fabi ¿qué mierda dice el cartel ese pintado de azul?

-Puta madre flaca, ¡me hiciste perder! Terminamos en el mismo lugar en que estábamos. “ Espejismo” dice el cartel. No puedo creerlo. Volvimos a mismo lugar de partida.
En mi vida vuelvo a fumar marihuana con vos. ¡Qué mal viaje! Me voy. Te veo mañana en el café, si es que llegas a tu casa.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un día escribí esto:

"Un día , el amor llego hasta una casa que tenía la puerta entornada. Ni muy abierta ni muy cerrada. Era una casa humilde, con algunos detalles a mejorar, pintada de un color que atraía su deseo a conocer casa rincón de la morada. El visitante no sabía si la medida era la exacta para entrar al recinto de una nueva casa. A pesar de tener espacio para entrar sin permiso, decidió llamar a la puerta.

El amor fue recibido con hospitalidad."


.....

Y hoy le agrego:

En cuanto llegó el Amor dijo: "Un día voy a irme".
De igual modo se le permitió la entrada.

Cuando el visitante consideró que su estadía debía llegar a término, se marchó bien lejos de la casa, tan lejos que olvidó el camino de retorno. Sin embargo su prescencia quedó impregnada en las paredes, el techo, las ventanas.

Tan impregnada estaba de él aquella casa que la partida del Amor no fue notada.

amanecer

Afuera, cantan los pájaros. Revolotean los colibríes por entre los malvones de mi jardín, el gato da brincos sobre el sofá de la sala. Despiertas. Y en tu sonrisa despierta el mundo entero: colibríes, malvones, gato.

Desatan sus voces las campanas de la iglesia reverenciando tu nombre a la mañana; bajan ángeles de las colinas a bendecir tu vientre, como si fueses a concebir sin haber sido fecundada.
Nace el día sobre tu cuerpo.

Y es que el sol, envidioso de mis dedos, ha dejado su semilla en ti.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

del deseo

Deseo
volver a verte
corriendo descalza
sonriendo al sol,
por el pasto de aquel parque
que nos viera leer juntas,
mientras aquel regalito de hojas
del árbol que nos daba sombra
caía entre tu cuerpo, mi cuerpo y el libro
que me leías; ese libro
que olvidaste en mi antigua casa
luego de que te hiciera el amor
en aquel domingo,
después
de nuestro paseo por el parque
donde entonces te viera
corriendo descalza y
sonriendo al sol.

martes, 17 de noviembre de 2009

del amor

Digo Amor, y digo abrigo. Sobretodo negro, paraguas bajo la lluvia. Digo tu figura esbelta, mi brazo y tu abrazo a mi cintura. Una calle en el invierno del sur, y aquel tonto que nos gritó por lo bajo “tortilleras”; como si dos mujeres abrazadas fuesen una agravio a los ojos de su mundo.

Digo Amor y me recuerdo tu bufanda fucsia camino al mercado, devorando con tus ojos grandes cada milímetro de ese pueblo desconocido. Pisabas las mismas baldosas que por años pisé. Mirabas el río sin la otra orilla y te maravillabas de ver un mar sin olas. Te comías cada rostro de la gente que asombrada te miraba al pasar. Y es que eras luz de otro sol. De un sol del norte.

Digo Amor, y se me viene de golpe una esquina triangular. Una esquina con ventana verde y una aspiración de casa improvisada. Donde solamente cabía una cama con cinco patas, un televisor en blanco y negro, una garrafita para cocinar, y una biblioteca en la pared. Aquel recinto que se convirtió en una cuna de placer y ternura mientras el frío se colaba por debajo de la puerta de metal.

Digo Amor, y digo tu nombre allá del otro lado del mundo y digo aviones, pasaportes, correos. Digo nuestro norte y digo nuestro sur.

sábado, 14 de noviembre de 2009

me pregunto cuando

Hay dolores tan hondos que parecieran no salirse jamás del alma. Quisiera encontrar el arma que provocara su muerte pero a veces creo solo mi muerte podrá terminar con él.
Y aún así, a veces tengo dudas.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Relato de un viaje al Sur.

Era una fría tarde en el verano del Sur, allá, donde el mundo parece perderse en la nada. En mi viaje a Chile nada estaba planeado; más que seguir la ruta que dijese mi corazón y el mapa gratis que recogí en la oficina de Turismo en Santiago. La gente también era un buen termómetro para saber el camino a seguir. De ese modo llegué hasta Chiloé.

Estando en Castro, la capital chilota, me encontré con cinco chicos bohemios que
llevaban un gran cajón de tomate a Punta Arenas. Ellos creían que era un cofre con oro, y para mí era un cargamento pesado e innecesario para un viaje de mochilas.

Me explicaron que allá, donde solo existe el hielo, la gente pagaba mucho dinero por
la verdura fresca. Pensé que eran bastante tontos al creer que esos tomates llegarían vivos desde Chiloe hasta Punta Arenas viajando en auto stop y tomando un barquito que salía cada 15 días desde la isla hasta el continente. Pero se me hicieron simpáticos y confiables. Así que seguí viaje con ellos rumbo al Pacífico.

En el trayecto en un hostal de mala muerte donde dormían hippies y artesanos drogadictos, me hablaron de Cucao y de la Laguna de los Huiliches. No sé si fue el atolondramiento de la marihuana o las alucinaciones de hongos pero las leyendas escuchadas esa noche me llevaron a serguir rumbo a la coste occidental de Chiloé.

Luego de pasar por Chonchi en cuatro días llegué a Cucao. El paisaje que se abrió ante mis ojos me llevó al silencio total, era como estar en un lugar sagrado. Absolutamente místico. El más mínimo ruido podría considerarse una falta de respeto a la creación. El azul era azul y el verde era verde. Parecía que nada del hombre había roto la intensidad de los colores naturales.

Llegué a la desembocadura de la laguna y recorrí el borde hasta bajar al pueblo. Era un pueblito pequeño. La Iglesia de madera parecía coronar un reino diferente al de Roma. Una cruz hecha por dos troncos de pino detrás de una mesa que cumplía la función de altar carecía de imágenes, de oro, de mármol y de plata. Creo que allí tuve mi mejor conversación con Dios.

Al salir de la Iglesia encontré una niña limpiandose los mocos como en una postal de UNICEF, le pregunté de alguna familia que me diera hospedaje. Ella misma me llevó hasta su casa, vivía allí con ocho hermanos y su mamá. El papá trabajaba en otro pueblo en la pesca del salmón y venía de vez en cuando. Supongo que hacer más hijos.

La casa era pobre, ni siquiera tenían baño. Había que bañarse dentro de un cobertizo de madera con una regadera donde uno le iba echando el agua. Las gallinas y los cerdos eran parte del auditorio que observaba mi sufrimiento al tener que usar el excusado. No era muy cómodo bajarse los calzones con el viento helado colandose por las rendijas de la pared que no era pared sino un montón de tablas apiladas.

Al llegar la tardecita, me fui en búsqueda de un almacén donde poder comprar frutas. Me detuve frente a la laguna, el sol era una bola de fuego que iba apagándose con el agua helada del Pacífico. Pero ante esa imagen, vi otra imagen: una mujer de pelo largo, rubio, una mujer alta, flaca, blanca, con cara pensativa observaba sentada en la orilla la puesta de sol. Casi sin moverme llegué hasta su lado y me senté a mirar lo mismo que ella miraba. No hablamos sino hasta que el sol se ocultó. Entonces me dio su mano.

Apenas hablaba español y el inglés no era mi fuerte. Sin embargo fuimos juntas hasta el almacencito y pudimos comunicarnos muy bien. Se llamaba Erika, era de Holanda. Había renunciado a su trabajo de publicista en Ámsterdam, y se había dedicado a recorrer América del Sur por un año. Casualmente se estaba quedando en el mismo lugar donde yo pasaría la noche. Solo que ella al otro día partía rumbo a Puerto Montt y yo seguiría viaje rumbo a la Laguna de los Huilliches, 23 km más al oeste de Cucao.

Durante esa noche charlamos un rato mitad español, mitad inglés, mitad señas y diccionarios de por medio siempre.

Nos despedimos a la mañana sabiendo que ya no sabríamos más una de la otra.

Luego de un par de semanas de seguir viajando, llegué hasta Petrohue al pie del volcán Osorno. Caminaba por una ruta de tierra, árboles y pájaros cuando alguien en un español con acento extranjero gritó mi nombre.

Erika venía corriendo con su gran mochila en la espalda.
Nos dió mucha alegría vernos, y nos dimos un abrazo de esos de mil brazos.
Me invitó a quedarme en el hostal que ella estaba, pero la dueña no tenía más lugar, así que cenamos juntas con otros mochileros. Comimos uvas blanca y tomamos vino chileno.
Caminamos juntas hasta la casa donde me quedaría a domir y por un momento sentí que podríamos seguir viajando juntas.

Al otro día, nos encontramos para despedirnos, ella se iría rumbo a Bariloche y yo seguiría viaje hasta Pucón para subir el Villa Rica. Intercambiamos direcciones y teléfonos de nuestros respectivos países, y quedamos de encontrarnos en Panguipulli tres días más tarde. Durante mis dos días en Panguipulli, busqué a Erika. Dejé muchos mensajitos en los árboles, en las tiendas, en los teléfonos públicos.

No volvimos a vernos.

Al regresar a Montevideo, un mes más tarde recibí una tarjeta postal desde Ámsterdam.
Con un número de teléfono,
“este es el teléfono de la casa de mis padres, cambio mucho de dirección pero ellos siempre están allí...”

A veces quisiera volver a saber de aquella imagen que tuve en Cucao.
Quizá porque la magia y las coincidencias siempre son atractivas.


(post de mi antiguo Blog Victoria´s Home)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mea culpa.

Me he dado. Me he desintegrado hasta meterme en los huesos del otro.
He lastimado. He provocado lágrimas, he desilucionado, he destruido.
Solo he escrito.

No existe persona más egoísta y más generosa al mismo tiempo que un escritor.
En cada oración se va un pedazo de su vida y a la vez, sin escatimar sentimientos ajenos, arremete llevando consigo la privacidad de otros. No se necesita dar nombres ni escribir dedicatorias. Las palabras lo dicen siempre todo. Lo dejan todo al desnudo. No se puede escribir teniendole miedo a las palabras. Solo desnudandonos en cada frase se dice algo con sentido.
El escritor se entrega y entrega a los suyos. He ahí la crueldad de la letra escrita.

lunes, 9 de noviembre de 2009

puntos de vistas

Siempre he creido que existen tantas definiciones de amor como personas en el mundo.
De lo contrario ya no creería en su existencia.

Ayer me han preguntado si creo en la posibilidad de amar al mismo tiempo a dos personas. Estabamos hablando de amor romántico.
Mi respuesta no tuvo concordancia alguna con mi interlocutor.

Me fuí pensando en que jamás nos pondremos de acuerdo y sin embargo el amor seguirá existiendo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

días 7

¿Alguien sabe cómo se cuenta un cuento?
García Márquez escribió un Taller de Guión titulado: "cómo se cuenta un cuento".
El libro llegó a mis manos hace cinco años atrás en calidad de prestado sin fecha de devolución. El dueño del libro un amigo, escritor, editor que admiro y quiero mucho. Alguien que un día me invitó a formar parte de un taller de escritura en L.A.
Alquien que cumplió varias funciones agradables en mi vida.
La distancia fisica silenció nuestra relación pero jamás terminó con ella. Digamos por varias razones la misma vida nos separó. Y en esa separación crecimos en muchos aspectos.

Hoy, 7 de noviembre volvimos a encontrarnos mano a mano frente a una taza de café hablando de libros, proyectos y sueños.
Hoy, 7 de noviembre dimos el primer paso hacia otro 7 pero de julio de otro año que vendrá. En el trayecto supongo yo aprenderé a contar un cuento y el aprenderá algunas otras cosas más.

Entre los dos estará García Márquez, Varga Llosas, Cortazar, y quien sabe que otros grandes de la literatura universal.
Y entre los dos daremos formas a nuestro gran sueño.

La vida es circular. Hoy lo comprobé.

jueves, 5 de noviembre de 2009

mi mañana

Y algunos sueños que nunca había soñado se tranforman en sorpresas.
Y me llenan el día, la semana, el mes, la vida.
Son esos sorprendentes regalitos para el alma, simples. Tan simples como una invitación a soñar a partir de una sorpresa.O de un sueño que no fue sueño y sin embargo me sorprendió.


El Universo me regala pequeñas joyas que nunca pensé lucir: una invitación a viajar por la música del mundo desde la butaca de unos de los espacios culturales más hermosos del país.

Desde Portugal hasta Los Ángeles pasando por Nueva York, Sara Tavarez:




Mañana estaré aquí...click...
Que dicha tan grande haberte encontrado en L.A.

viernes, 30 de octubre de 2009

una ciudad donde cumplir esos sueños

Los Ángeles es una de esas ciudades que no abrazan. No tiene un mar acogedor que te hace sentir libre. Tiene un océano compulsivo con rostro de estar siempre al acecho. Es una ciudad que esconde sus pecados. Mientras en Las Vegas la prostitución y el juego son tan legales como cualquier trabajo honrado, en L.A. las putas van presas y el juego de azar solo es permitido en territorio indio.

Los Ángeles padece de anorexia y de bulimia por culpa de Hollywood sin embargo carece de glamour. En sus barrios se pasea la necesidad más cruel junto a la sobreabundancia exagerbada. Rico y pobre conviven bajo el mismo cielo cubierto de smog y de ceniza en épocas de incendio.

A ella se le achacan muchos males. Y hasta quienes nunca han puesto un pie en ella y están lejos de conocerla, la toman por una de las ciudades más agresivas del mundo.

Y en esa L.A. tan gris y tan lúgubre, adoro caminar.

En ella he podido cumplir pequeños sueños. De esos que por ser tan pequeños pasan desapercibido por la mayoría. Y que sin embargo la mayoría moriría por cumplir.

Me ha permitido encuentros que otras ciudades jamás me habrían permitido. Por no ser hija de alguien, por no tener título de algo, por no ser parte del engranaje político social de una bola de babosos que se rijen por el apellido, cuenta bancaria o acomodo político.

En L.A. aún los invisibles podemos cumplir pequeños-grandes sueños.
Y mientras L.A. me deje he de vivir en ella.

viernes, 16 de octubre de 2009

sueños ya no vengan más!

Es muy extraño que recuerde los sueños cuando despierto. Por años he creído que ni siquiera he soñado de tanto que no recuerdo. Pero en éstos días he abierto los ojos y he visto el sueño que he soñado la noche anterior.
Tan nítido lo he visto, tan claro lo he escuchado que el pecho sufre una extraña presión al recordarlo.



Hoy a la mañana, mientras repasaba las imágenes de mi último sueño, pedí no volver a soñar. Los sueños me hacen daño. Sea dormida o sea despierta. Y no entiendo porque la gente jura que los sueños son el motor de la vida.

Imagino que dependiendo de como sea tu sueño será tu vida.

Y cuando duermo, no elijo. Y cuando estoy despierta los sueños se esfuman.

Una vez me contaron que si uno contaba el sueño al despertar, la sensación del sueño se desvanecía. Entonces hoy quize contarle mi sueño a mi gato pero el estaba ocupado jugando con su comida. Así que el pecho se me sigue apretando.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

a punto de explotar

Faltan dos minutos para terminar el día miércoles, seguramente cuando publique el post será día jueves.
Durante ocho días esperé el día miércoles.
A la tarde tuve la confirmación que lo esperado sucedería.
Y a las pocas horas una llamada confirmó lo contrario.
Cada día que pasa sucede que se corta algo en mi vida. Sea laboral, afectiva, o economicamente. Desde hace cuatro meses nada de lo que intento, planeo o aspiro sucede.
En realidad no sé que mierda está mal pero es obvio que hay algo muy mal.
No debería escribir malas palabras en éste blog pero en realidad éste blog existe para desahogarme.
Y si no digo aquí realmente lo que me sucede pienso o siento dónde mierda voy a decirlo si de todo y de todos tengo que estar cuidandome!?

Estoy alcanzando el límite, siento que en cualquier momento exploto sin tener nada en la mano de donde agarrarme.
Y eso sí que va a estar jodido, o se abre el cielo y bajan milagros o reviento y me transformo en una más de las locas que duermen en la calle y empujan un carrito de super lleno de basura...estoy hasta la madre!

martes, 29 de septiembre de 2009

en proceso...

Funciono a presión, ya lo tengo claro.
Ayer en el último minuto me senté a escribir el artículo que no queria escribir...salió. Cuando lo terminé me sentí triste. Casi no dormí.
Ya tengo claro por qué me distraigo tanto y no doy mi 100% en hacerlo.
Pero al final lo hago, quizá poniendo un 25%.
El día que dé todo ese día, me voy a San Francisco a vivir como Isabel Allende.
No quedé conforme con lo escrito...pero es un tema que voy a seguir explorando.
Porque me toca. Me llega y me da miedo.
En una revista de entretenimiento escribir sobre cáncer no es fácil.
Las limitaciones son muchas.
Pero escribir para mi es otra cosa. Y creo que por ahí va la cuestión.
Hoy escuchaba una entrevista a Isabel Allende, decía que la inocencia y la libertad con la cual escribió La casa de los espíritus jamás volvío a sentirla en ninguno de sus otros libros.
Así que debo aprovechar ésta libertad e inocencia que tengo aún.
Quizá me lleve hacia otro lado.

Quisiera quedarme en casa a escribir todo el día pero lamentablemente tengo que salir por mi dólar (que cada día es menos) para pagar mi renta y mi comida.

lunes, 28 de septiembre de 2009

lo que quiero

Absolutamente perdiendo el tiempo.
Debería estar escribiendo un artículo que llevo atrasada cuatro días.
Quizá esto tenga que ver con mi terrorista interno. Suelo boicotearme a mis misma.Gracias a los judíos hoy no trabajé. A mi poco me interesan sus festividades, bueno en realidad no me interesan ellos.
Y no creo que a ellos les interese interesarme.
Siempre me ha hartado el show de victimización por lo que les sucedió. Si viene al caso, sobre la matanza de charrúas nadie habla nada. La diferencia es que los judíos quedaron más ricos que nadie y hoy gobiernan al mundo y joden a Palestina. Mientras que los charrúas fueron aniquilados.
Bueno, tengo que escribir y no quiero.
Qué es lo que quiero?
humm
Quiero estar en alguna playa de Uruguay cagandome de frío pero mirando el mar.
Quiero estar perdida en las olas de sus playas, comer pan casero, pizza a la uruguaya, tomar cerveza patricia, dormir en un ranchito con muchas frazadas...
Eso quiero.

Quiero hablar de bobadas con amigos uruguayos, mis amigos.
Quiero no escuchar otro acento que no sea el mío.
Quiero escuchar radio de Montevideo.
Quiero salir a las marchas.
Quiero estar ahí.

Y seguramente al mes quisiera dejarlo todo de nuevo y salirme a conocer el mundo.
Entonces a mi se me hace que en realidad quiero poder ir y venir más que estar.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Viernes part. I

Siempre me ha gustado conocer desde mi propia experiencia otros mundos diferentes al mío. Esos mundo suelen relacionarse con lo prohibido, con lo marginal o con lo condenado. El mundo permitido, el convencional y deseado por por la mayoría jamás ha sido tema de mi interés.

Ayer fuí a una fiesta parecida a esas fiestas de pueblo llamadas kermeses (o parecido). No estaba en mis planes, en realidad estaba yo en Borders (una de esos negocios-cadenas gringas que tratan sobre venta de libros-discos y afines) Me encontraba allí en la sección que más odio: bussiness y desarrollo personal-autoestima. A veces actúo de manera mazoquista...

Estaba allí porque a veces suelo recordar a mi ex, y ella siempre fue, es y será devota de esos temas. Por alguna razón ayer la tuve dentro de mi cabeza todo el santo día y esa fue la causa por la cual me detuve en la sección a la que hago referencia. Tenía en mis manos un libro titulado: "Yes! attitude" cuando chilló mi celular.

Era mi roomate y amigo Y.:
- Dónde estás?
- En Borders.
- Salte de ahí y vente a Hollywood, estoy en B. hay comida gratis y un ballet folklorico con danzas mexicanas.
- No tengo ganas ni tengo hambre.
- Hay ya! dejate de tanto libro y vente que te espero.

Como estoy atravezando una de esas épocas que para donde me lleve el viento voy fuí a la caja registradora, pagué $21 y compré el libro que supuestamente cambiará mi vida. Por supuesto el autor es un gringo exitoso, los autores de éste tipo de libros todos son exitosos, rubios,altos, de ojos celestes, adinerados y se llaman Jeffrey, Depra o Michael.

Durante el viaje me sumergí en éste pequeño recetario de cómo ser exitosa, feliz y ganadora. "Si ella pudo...yo también".

Llegué a Hollywood luego de una hora de oler pescado, pollo, y otros sudores. Convengamos que el transporte público en L.A. es una amalgama de perfumes varios que entre las 7 y 8 de la noche tienen que ver con la clásica cena fastfood de quienes trabajan todo el día y no tienen tiempo de cocinar.

Cuando llegué hasta la organización llamada B. unas cien personas estaban aglomeradas en el pequeño recinto. Eran esas personas marginas, desclasadas y pertenecientes a la raza podrida: latinos, en su mayoría ilegales, pobres, maricones, con HIV.

Ese lugar el cúal tenía años de no visitar, fué el primer lugar que me dió acogida cuando llegué a L.A. Algunas de esas personas ya están muertas, otras pocas siguen allí. La vida es extraña, todo vuelve al comienzo y uno ni sabe como.

El ballet me paseó visualmente por todo México, desde Sinaloa hasta Oaxaca. Mientras comía mis tostadas con frijoles y chile y tomaba mi aguita de sandía, descubrí una hermosa mujer del otro lado del escenario. Desde que ví su cuerpo perfectamente delinado y sus ojos negros penetrantes no pude dejar de mirarla.

Ella mantenía su mirada y por momentos bajaba la vista, por lo cual cada segundo que pasaba más atraía mi atención.

- Y. quien es ese pedazo de mujer?
- Carla?...Es trangénero.
- No jodas! pues con ella me caso!!
- Estaba en mi fiesta de cumpleaños, era la más elegante de todas.
- Ah si! ya la recuerdo...tenía un vestido negro. Presentame ya mismo...

....

- Carla...Victoria...
- Hola. Te recuerdo de la fiesta de Y.
Pero estoy segura tu no me recuerdas.
- La verdad no te recuerdo (Sonriendo)
- Es lo que pasa con las mujeres bellas, opacan nuestra prescencia. No me recuerdas porque nadie nos presentó, después de que me escuchas hablar no vuelves a olvidarte de mi.

- Ja ja ja..eres ocurrente!
- Es verdad! Eres hermosa, pero eso no es novedad para ti.
- Gracias. Muy amable (bajando la mirada)
Y. me tengo que ir.
- Tan temprano?
- Si.
- Vas a un party?
- No, voy a descansar mañana voy a la fiesta de aniversario de B.
- Oh, bien.
- Y el domingo me voy a Nueva York por dos semanas.
- Por trabajo?
- No, vacaciones.
- Uy cuando sea grande quiero ser como vos. Dónde vas?
- Manhattan.
- Ok...puedo ser tu amiga?
- Ja ja ja...ya eres mi amiga!
- Bueno, te tomo la palabra,a tu regreso te llamo para cenar.
- Vale...

....

martes, 15 de septiembre de 2009

...

Escucho a Flobots cantando Rise.
Hoy caminé por la calle Union, cruzé Down Town de noche, sola. Caminé con mi mochila naranja al hombro, con mi cámara y mi grabadora. Llegué hasta un hotel en la 7th y Blixen, hice una entrevista. Una banda de music of world que me hizo volar la cabeza bajo las estrellas.
Salí del hotel, estaba oscuro, caminé y ve gente pobre, gente vieja, edificios antiguos descuidados, niños llorando, cumbia a lo lejos, latinos pobres, indios pobres, banderas pobres. Caminé y me dí contra los edificios lujosos, con luces de neón en el cielo, bares repletos, gente blanca, cruzé el free ways 10 desde arriva, me paré en medio del puente y grabé los sonidos de la ciudad.
Estuve allí quince minutos, pasó un negro grandote empujando un carrito de supermercado, olía a mierda y me sonrío.
Seguí grabando en mi mente las imágenes y en mi grabadora los sonidos del free way. Era como un ruido a mar. Imaginé las olas del Atlántico y la dunas de mis playas, pero eran ciento de autos cruzando bajo el puente del Free Way.
Pensé en lo afortunda que soy.
Pensé en que me gusta la oscuridad, lo marginal, tomar mucha cerveza, fumar huka, babosear a las gringas altas y bonitas, visitar bares lugrubes, apretar a cualquier mujer que me guste, caminar por lugares apestosos de las grandes urbes, caminar entre homeless, drogadictos, abandonados, caminar por callejones durante la noche.
Pensé que amo a mi gato y lo cuido, quiero a mis amigos, con facilidad hago relaciones públicas, con facilidad escribo, con falicidad me trago los libros que me interesançççççççççççççççççççççççççççççççç'¡`P`
Theo camina por mi teclado a veces y no lo detengo...
Pensé que soy oscura por dentro y también poseo un brillo propio...no sé pensé tantas cosas! y escucho a Flobots cantando Rise

domingo, 13 de septiembre de 2009

Feliz Día de la Independencia Mexicana.

Mi amor por México a esta altura es incuestionable.
Amo a México desde que era niña y sin saber por qué.
Nadie en mi familia habló jamás sobre otro país que no fuese el nuestro, nadie tomó un avión y cruzó hacia el otro lado del mundo. Nadie en casa escuchaba a José Alfredo, hablaba sobre María Félix o Pedro Infante.

Sin embargo existía la matinee de los domingos.
Desde mis siete años mi madre tenía la costumbre de "depositarme" en el cine del pueblo a las dos de la tarde de cada domingo con una bolsita llena de galletitas, caramelos y refrescos. A las ocho de la noche regresaban por mi.

La pantalla gigante era una ventana al mundo y la sala con sillones rojos un refugio. Mientras los niños se tiraban cáscara de manies, saltaban por los respaldo y hacian sus primeros juegos de "noviecitos", yo no desprendía mis ojos de la magica proyección de luz.

Entonces aparecieron las primeras imágenes de la Huasteca mexicana, las primeras canciones con mariachi, los cactus, el desierto, las mujeres hermosas, los ojos negros grandes, los indiecitos con guaraches, los apuestos bigotudos con sombreros raros, los revolucionarios a caballo robando el corazón de las mujeres bellas y el amor por esa tierra absolutamente desconocida y lejanda se fue instalando en mi corazón infantil.

México enganchó mi alma sin pedir permiso y sin tener razón.


Fui creciendo. Siguió el cine, siguieron las canciones, llegó la literatura.Rulfo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sor Inés de la Cruz...y al final un chicano llamado Castaneda que envolvió con sus palabras de brujos yaquis, nopales, mezcalito, yerba buena, sonora, desierto.

En mi carrerera sobre Geografía mi trabajo final fué: el desierto de Altar en Sonora.
Aprendí de la geografía norteña más que muchos mexicanos viviendo en México. Mi sueño: llegar hasta el Pinacate, ver el mar de Cortéz con mis propios ojos, visitar Oregón, charlar con yaquis ancianos, pasar días en San Luis Rio Colorado, morirme bajo el calor del desierto sonorense, conquistar un verdadero amor norteño así como aquellos revolucionarios bigotudes lo habían hecho.

Llegó el amor y no fué Sonora pero fue Nuevo León. Y no fué el desierto pero fué el calor infernal de las noches de verano en Monterrey, el cabrito, las carnes asadas, el barrio Antiguo, el Cerro de la Silla, la música, la Macro Plaza, el T.E.C., los Tigres, el Paseo Santa Lucía, la calle Diego Montemayor, el parque Fundidora, La Pastora, el Río sin agua, el Café Brasil, la Iguana, el Obispado.


En el cine el zorro andaba por la Huasteca arrastrando al sargento garcía y cruzando la frontera el paisaje era casi igual: Los Angeles, la segunda capital de México. Y ahí fuí yo detrás de las lucesitas de neón y las faldas ajenas.

Hoy vivo en el este, para los viven en Latinoamerica les cuento: le llaman E.L.A.
La parte estimagtizada de L.A. La que para llegar hay que cruzar los puentes que dividen con mucha precisión el mundo blanco del mundo latino, el mundo rico del mundo pobre, el mundo del show con el mundo de la realidad que no muestran en televisión argentina.

Vivo por opción y no por marginación.
Vivo porque cuando abro la puerta de casa siento el mismo olor que sentía en la colonia Guadalupe de Monterrey. Porque cuando subo a un autobús escucho el acento norteño, chilango, oaxaqueño, sinaloense, porque en cada cuadra hay un taquero del cual sigo preguntandome como mierda cortan tan rápido la cebolla y el cilantro sin cortarse un dedo.

Y no todo es perfecto, y no todo me deslumbra. Porque el Este también tiene sus debilidades como la tiene cualquier grupo humano.
Pero si he de elejir ya sé donde quiero estar.


México cumple años de su independencia y para los mexicanos es la fecha más importante de su calendario nacional.
Los Angeles (segunda capital de México) pegará su grito aunque no tenga Zócalo.
E.L.A., México profundo, más que cualquier otro día se viste de tricolor: verde, blanco y rojo.


No tengo una sola gota de sangre mexicana, menos indígena mixteca, azteca, maya, chichimeca etc, no tengo nada que ver con nada, más que agradecimiento y amor.

No me canso de decir: México me enseñó a reir con ganas.
A vibrar por las cosas sencillas, a ser humilde, a bajarme del caballo, a aceptar, a ser mejor persona.

Y por todo esto y más mi humilde homenaje en estas fechas.

¡Feliz día de la independecia mi México lindo y querido!

lunes, 7 de septiembre de 2009

esperando la total recuperación de Theo

Tengo absolutamente claro que lo más importante de mi vida es Theo.
Una vez leí sobre el caprichoso y terco compromiso que Brigitte Bardot había asumido en su vida de luchar por el bienestar de los animales.
Pensé cómo es posible que una mujer que fue la más bella del mundo, rica, famosa, amada por hombres y mujeres, admirada, que lo tenía todo pudo volcar su vida a los animales en lugar de invertir su tiempo y amor a una familia.

Hoy tengo la respuesta. No sé las razones exactas que llevaron a BB a poner como prioridad en su vida a los animales, pero aún si saberlas puedo comprenderla.

Cuando amaba y era amada, ella me decía a veces: "quisiera ser el Theo para que me quisieras tanto como a él". Y yo no podía explicarle que a ella le amaba más que a él...pero cómo hacerle entender que en el fondo sabía el quedaría conmigo y ella no.

Recientemente alguien me preguntó si mi amor por Theo es por el recuerdo de la vida que viví. Definitivamente no. Theo representa mucho más que mi vida en México, que el amor que tube algun día. El ha sido el único que ha estado a mi lado en los momentos en que nadie absolutamente nadie quizo o pudo estar. El me ha visto llorar con desesperación y se acostado quietesito a mi lado. El me vió amar hasta llegar a la locura. El conoció mis verdades. Y con sus ojos me comprendió tal y como yo era.

Theo significa la razón por la cual pude levantarme, salir a la calle y seguir luchando. Si el no hubiese estado a mi lado no hubiese encontrado razones para querer la vida.

Entonces yo peleo por su vida. Peleo porque en definitiva peleo por mi vida.
He escuchado algunas historias de mascotas que al poco tiempo de la muerte de su amo, mueren de tristeza. Y he escuchado historias de personas que al poco tiempo de la muerte de su mascota, también mueren de tristeza.

No sé hasta cuando estaremos juntos pero lo que sí sé es que peleo por su vida porque en el fondo estoy peleando por la mía.

sábado, 5 de septiembre de 2009

historia más historia menos

Yo no sé si soy importante. No sé si alguien piensa en mí de esa extraña manera en que a veces necesito alguien exista y me piense. Yo no sé, pero se me hace incierto pensar que alguien pueda extrañarme y me queda la duda siempre de que sí realmente cuando lo dicen lo sienten.
Ayer fue una noche extraña.

Aún tengo asco en mi boca. El asco que produce el hacer algo que no deseaste hacer pero que lo hiciste por desesperación, rabia, impotencia.
Desperté y fuí derecho al baño a vomitarlo todo. Luego bajo la ducha intenté sacarme el asco. Pero el asco queda dentro.

En principio la luna era redonda, llena, naranja sobre el cielo del Down Town. Luego un par de ojos celestes volvieron a mover mi alma-cuerpo-mente. Uno intenta silenciarlo todo, escapa, se esconde, pero al final uno no puede esconderse de sí mismo.

Y entonces tomé margaritas y ya es sabido que las margaritas a mi no me van.

No voy a contar la historia porque no estoy de humor para contarla...pero debo decir que me dí cuenta lo idiota que es uno a veces. Y bueno, yo siempre termino coronandome como la reina de las idiotas...me creo mis propios cuentos y luego en un segundo una mirada, una sonrisa, un abrazo, una palabra me desarma toda la historia.

En fin...ya luego cada una se fué por su lado.

Por los lugares parece corresponde estar. Ella con su novio a su casa.
Yo a un bar de mala muerte con maricones, drag queen, mucho alcohol, y la única vagina biológica del bar terminó tirada contra una pared bajo mi desesperación.
No sé cómo eran sus ojos, solo escuché algunas palabras en inglés y yo diciendo: stop talking fucking puta! me cago en tu puta gringuez...

No sé si su edad, su nombre, ni me importa volver a verle.
Pero hoy cuando desperté terminé vomitando más que las margaritas el asco de un lapiz labial que me revolvió el estómago.
Y he estado todo el día de malas, enojada, aburrida, asqueada.

Quisiera estar encerrada todo el día, escuchando a Cat Power...que además dió concierto ésta semana y por idiota me lo perdí. Yo que llevo más de un año queriendo verla en vivo.

Todo va mal, solo una gran cosa buena: Theo está mejorando.
Y eso es la única fucking cosa que me importa de ésta fucking vida.
Había prometido dejar de tomar hasta la recuperación de Theo. Y lo cumplí por siete días, incluso el miércoles fui a un bar y tomé coca-cola, pero anoche...anoche era otra historia.
Ya lo tengo asumido, no puedo vivir ciertas cosas en sobriedad...

domingo, 30 de agosto de 2009

mi día


El corazón se me está arrugando por dentro y por fuera sigo haciendo las cosas.
Esas cosas que tienen que ver con seguir el día a día. Enfocarse en el éxito de lo que se ha elegido.
Mi Theo está débil, delgado, piel y hueso. Con una cicatriz de 10 cmts en su costado izquierdo. La especialista en Reiki y Acupuntura hoy dijo que debo de trasmitirle fuerza, que no debo estar preocupada ni triste porque el lo siente. Yo intento, pero lo miro y se me salen las lágrimas.
La culpa sigue en mi.
No debí cambiar su estilo de vida.
Dijo la doctora que era un warning, que ésta vez lo salvamos que la próxima problablemente no. Que evite una próxima. Theo va por su operación número cinco. Cómo es posible que un animalito pueda pasar tres veces por hospitales, operaciones, tratamientos de recuperación? Cuál es la misión de mi Theo en ésta vida además de cuidarme?
Esta vez me ha tocado enfrentar la situación sola.
En octubre Theo cumplirá 10 años.
Y por tercera vez ha estado a punto de morir.
Y por tercera vez me aferro a salvarlo.
Miro las fotos de nuestra vida en México y en US. Mi Theo hoy no parece el mismo.
Me siento cansada.
Debo terminar un artículo. El artículo que dará un vuelco a la revista.
Llevo dos días atrasada. Hoy la editora me llamó sumamente estresada: "estás atrasada..no he visto nada de lo que estás escribiendo...no tengo idea de lo que harás" para calmarla decidí leerle un poco de lo que tenía escrito.
Se tranquilizó sabe que será el mejor artículo que la revista jamás haya tenido.
Y estoy a medias, me fuí un rato a un show de negros. A escuchar Gospel y Blues. Era un lugar feo pero con una energía tremenda. Solamente habíamos dos latinos. Ningun blanco. Todos negros. De esos como ven en las películas. Entendí el 20% de lo que hablaban, jamás puedo entenderle nada a los negros. Hablan el inglés sucio, de la calle, mal hablado. Pero tienen una fuerz en la voz que levanta a un muerto.
Me fuí a meter a ese lugar y por un rato pude distraerme. En el camino solo pensaba en Theo en como estaría, en que no debo dejarlo solo. Y en realidad desde que llegamos ayer del hospital he estado con el todo el tiempo.

Tengo que terminar mi artículo. Y estoy aquí desahogandome un poco. Tengo miedo, mucho miedo. Tengo preocupación, angustia, tristeza. Me duele lo que a el le duele. Pero le digo todo lo que lo quiero, lo abrazo, lo mimo, le digo que tiene que ponerse fuerte.

viernes, 28 de agosto de 2009

delirios

Theo está internado en el hosptial veterinario y no tengo ganas de escribir sobre ello. Solo decir que he llorado hasta agotar las lágrimas.
Desde el sábado hasta hoy he dormido poco y nada un promedio de 3 o 4 horas por día.
Me han aplaudido dos veces.
Me han dado las gracias publicamente varias veces.
Y como nota ridicula me han pedido dos autógrafos. Mis dos primeros autógrafos.

El primero me encontraba yo en un bar lugrubre y oscuro de esos que me gusta, me encanta! ir. Donde va gente reventada muy reventada, donde casi no va gente sino espíritus y montón de huesos, con mesa de billar en el fondo, videos de Madonna y Alaska, con tragos, maricones y pocas luces. Me encontraba jugando billar (estoy tomando clases aunque ni sé todavía agarrar bien el taco) tomando cerveza y obviamente ya con unas cuantas arrivas cuando un flaquito de unos 23 años se me acerca y me dice:
-Me puede dar su autógrafo?

Yo, mientras le pasaba tiza al taco lo miré por arriva de los lentes con cara de me estás cargando pelotudo...y le dije:
-What?
- Si me puede dar su autógrafo.
- Mi hijito..me está cargando?
- No le entiendo (con sonrisa de niño tímido)
Yo sigo pasando la tiza al taco.

- Me está bromeando?
- Noooo cómo cree! extendiendome un papel y un lapicero con su mano.
- Pero yo no soy actriz ni cantante ni famosa! para que mierda me estás pidiendo un autógrafo?
- Porque usted es V...no?
- Si. La misma.
- Usted es escritora, le hizo un reportaje a Ceci Bastida. Soy fan de Ceci. Leí su artículo, me encantó lo que escribió y quisiera que pusiera aquí (señalando el papelito) "Para Marcelo con cariño...y su firma"
- Le dije pero no entiendo para que querés mi firma! que cuernos te va a dar una firma mía!
- Es que usted va a ser famosa pronto...y yo quiero tener su autógrafo.

Bien, no sabía si reirme o mandarlo a la mierda. Pero dejé el taco sobre el billar y le puse ni sé que cosa porque entre la oscuridad y la borrachera no suelo escribir bien menos mi firma. El pibe se fué contento y yo al otro día recordando el hecho aseguré haber vivido una situación surrealista total.

Segundo pedido de autógrafo:
Me dice la editora de la revista por correo electrónico: me enviaron un mensaje, una mujer que leyó todos tus artículos diciendo que sos WOW...quiere que le enviemos tu autográfo...que hacemos?

- respuesta: decile que espere un poco más y le cobramos...

- email de regreso: no jodas...está fascinada con tu estilo, dice que quiere tu autógrafo porque jura que dentro de unos años serás de la talla de Isabel Allende y quiere ser la primera en tener tu firma

- Respuesta dos: no sé si la gente está más loca que yo, si todo el mundo se droga, pero ya me estoy creyendo famosa...dónde hay que firmar?

....

Yo ya no sé que creer. Solo quiero mi gato en mi cama y volver a una casa donde Theo no tenga que salir al patio. Quiero no estar agotada, dormir, tomar menos cerveza y dejar de tener la necesidad de meterme algo extra...hace rato estoy sintiendo que necesito un estimulo mayor dentro de mi sangre-cuerpo. Y que necesito escribir bien. Porque escribiendo para la mierda la gente alucina y me pide firmas y mi hermana dice que ya no me dirá más lo bien que escribo porque está harta de alimentarme el ego, que yo ya sé lo bien que escribo...que solo escriba y me deje de joder.

Pero no entiende que empiezo a padecer el delirio de las estrellas: la necesidad de escuchar todo el tiempo, sos la mejor...aunque no lo sea.
El público quita mucha energía y parece que los lectores me chuparan la sangre.

Me quiero ir al mar, pero seguramente no podré en todo el fin de semana.
Ahora todo gira en torno a Theo.

Y el verano se va y yo no he ido al mar en todo el verano.

domingo, 16 de agosto de 2009

fotografía

Es mentira que el tiempo cura las heridas del alma. Es mentira que la distancia física alivia el dolor. Es mentira que empezar una vida nueva hace olvidar a la anterior. Es mentira que ocupar el tiempo, distraerse, volverse adicto al trabajo nos hace volver a creer en nuevos sentimientos, nueva gente, nueva vida. Es mentira que Dios, el Universo, el Amor descomprime esa punzada certera que despedaza el corazón cuando te cambian, te olvidan, te des-aman, te desechan, no te elijen, te comprueban que Ellos, Ellas son tan felices viviendo con la persona correcta, la vida organizada, los sueños cumplidos. Es mentira, absolutamente una mentira que el dolor se puede convertir en creación y alivianarnos. Es mentira esa historia que te cuentan del amor, la familia, la casa, la sopa caliente, los hijos sobre las rodillas, la estufa encendida, la lluvia sobre la ventana, y la espalda caliente de alguien que jura frente a Dios, el juez, y tus padres que te amará por siempre. Es mentira que todos tenemos la oportunidad de ser amados y de amar, es mentira que todos tenemos la oportunidad de construir una familia y ser felices. Algunos nacemos para perder, algunos nacemos para no tener, algunos nacemos para inventarles sonrisas, abrirle jaulas a los otros para que vuelen y hagan su nido preferido en otro lado. Es mentira que uno olvida con las cosas que va viviendo, es mentira que uno sana la gran herida, es mentira que todos tenemos la oportunidad de construir un hogar con la persona que amamos. Algunos solamente servimos para todo menos para eso. Siempre que alguien gana hay alguien que pierde. Soy de las que perdieron para que otra persona ganara lo que más deseaba en su vida. Y no soy víctima de lágrimas soy víctima de algo más profundo aún un dolor tan enraizado por dentro que pareciera no existiera Dios que pudiera extirparlo nunca.
Soy la bloqueada del amor, el desecho de la gran familia que no te quiso nunca.
Tengo olor a sueños que se pudrieron. A mentiras. No he de escribir jamás un poema ni una historia ni volveré a ser quien fuí. No tendré un sillón frente a una estufa encendida con dos niñas sentadas en mis rodillas y una mujer que tome la foto. No tendré el BMW Z3, el título en psicología, la casa en el oeste, el pelo blanco bien peinado, el cuerpo flaco, el reconocimiento, el inglés de nacimiento, un apellido judio, una ciudania que abre las puertas del mundo, no tendré alegría de vivir, ni felicidad saliendose por los poros por tener la casa, las niñas, pasaporte americano y a ti que te lo ganaste todo.

pueblos, ciudades, gente

Si hay algo que he aprendido en L.A. es sobre la gente. La gente en ésta ciudad me desconcierta cada día más. Y ésto es bueno uno a fuerza aprende.
En realidad cada día creo que mi vida en L.A. es transitoria. No sé cual será mi próxima ciudad pero sí estoy segura de qué mis días en L.A. están contados.

Podría escribir una lista de las diferencias y similitudes en mi experiencia de vida sobre la gente de Montevideo, México y L.A. Pero L.A. le gana a todos en la diferencia.

Estoy convencida que quien sobrevive y hace algo en L.A. está capacitado para irse al cielo. No por bueno sino porque hay algo más alto que el cielo?

En L.A. si pegas por bajo del cinturón no solo está permitido también mejora tu imagen personal. En L.A. si sos primo, hermano, amigo y pegás primero la cuchillada por la espalda, no solo es bien visto también aumenta tu rating en las sociales. En L.A. valés según el valor de tu cuenta bancaria, año del coche que conduces, cantidad de amantes anorexicas o en su defecto obesas que te acompañen, agenda ocupada en clubs, pool party, hoteles, si pasas un fin de semana en tu casa sin ninguna salida a fiesta...no serás bienvenido.

A no asombrarse que L.A. no es el problema el problema es la gente. O te conviertes en el robot que quieren de ti o te quedas sumido en el más profundo anonimato. Todo es malo? No, por Dios! si nunca aprendí tantas cosas buena cómo con ésta gente!

Y si de algo estoy segura es que aprendí a amarlos por lo caricativo que han sido. De no haber sido por ellos seguiría siendo la misma estúpida que creía en la belleza del cartel de Hollywood!

Todos los días aprendo que el amigo es el potencial enemigo de tu mañana y que el enemigo comerá sentado en tu mesa al otro día para convertirse en tu mejor amigo al otro día.

Y por favor si tienen el mito aún en sus cabezas que las grandes ciudades son diferentes al pueblo en que nacieron, quiten esa idea. Yo les aseguro que una gran ciudad se diferencia del pueblo en que nací solo en números de personas, estructura edilicia y pequeñas costumbres. El resto es absolutamente la misma mierda.

Creo que mi próxima ciudad será en Antártida rodeada de pingüinos o la Selva Amazónica rodeada de serpientes pitones.

Ahora me voy a tomar café mientras miro jugar a mi gato y me armo de fuerza para sentarme a escribir.

Buenas Tardes.

viernes, 14 de agosto de 2009

viernes de ceviche

Viernes. Supuestamente hoy iba a escribir pero en realidad gasté el día entre ir al mercado, cocinar comida mexicana, pasar tiempo con mis compañeros de vivienda, tomar vodka con limonada, tomar ceveza, comer ceviche, escuchar música, limpiar la cocina, mirar películas. Y me quedan tres días para escribir cuatro artículos.

Hoy me invitaron para ir a una sección de masajes. Jamás he ido a una. Tengo tanta tensión en mi cuerpo que si me la quitan creo no podré seguir viviendo. El estrés, la tensión y la locura es el aire que entra a mis pulmones. No puedo relajarme.

Obviamente me negué como me niego a todo lo que sea de índole religiosa-espiritual-superación personal. No puedo vivir en una ciudad tan esquizofrénica como L.A. diciendo OHM. No es para mi. Y estoy harta del mercado de: aprenda a ser feliz en siete pasos, padre rico hijo más rico, consejos para ser una mujer exitosa blah blah blah.

Theo está divino, volvió a ser mi gatito mimoso de siempre. Todos los días viene solito a casa temprano. Pero sigue sin comer en casa. Por un lado es bueno porque no gasto en comida para él por otro me sigo preguntando que mierda está comiendo! yo lo veo flaco pero en realidad también es cierto hace mucho más ejercicio que antes.

Su amiga Chica, que tiene alrededor de seis meses y vive con uno de mis compañeros de vivienda me adoptó como mamá. En realidad me conquistó, todas las mañana se aparece en la ventana de mi baño y mientras me lavo los dientes me conversa desde el muro. Hoy tome un tiempo mimoseando a Chica en el jardín mientras Theo me miraba de reojo.

Ya tengo planes para el próximo sábado, una obra de teatro a la cual entrevisté a la directora en salió en la primera edición de la revista, y unas amigas cocinaran hamburguesas en casa. Las mías serán de Tofu. He promocionado mucho ésta obra, y espero vaya mucha gente. Conseguí que lleven la obra a San José. Soy una genio dentro de poco seré productora! bueh...quien sabe no está en mis planes pero me han ofrecido serlo. En realidad qué hace un productor? yo no sé! solo me encargo de promocionar entre mis contactos las obras que me parecen dignas de ver.

Supongo que un productor pone dinero para que una obra se lleve a las tablas. Hay una obra que me interes, hay una actriz que me interesa, también una directora falta dinero para producir...cara de qué me vieron? si no tengo un dólar para pagar mi factura de internet!

Hablando de internet, acostumbrada yo a tener DSL y pagar una tarifa fija, cambié a internet inhalambrico. Mi factura ahora es de 135 dólares! por qué? no sabía yo que pasado no sé cuantos no sé qué, me cobran extra! total que mi internet estaba conectado todo el tiempo como si fuera DSL y claro me cobraron un montón de dinero porque me re pasé de los no sé qué...pagaré el internet más caro de mi vida. Zafé de AT/T pero ahora me dolor de cabeza es Spring...



En fin, lo que sí aseguro es que el sábado próximo me emborrachere bastante. Voy a festejar el lanzamiento de la revista y mi nuevo camino en la industria del entretenimiento en L.A. Mis grandes borracheras ultimamente son planificadas. Para mi cumpleaños fue el plan para el estreno de la obra es mi plan. Eso si, me aseguraré de que alguien me lleve a casa o de tener suficiente dinero para el taxi.

Ahora voy a ponerme a trabajar porque de lo contrario quedaré sin entradas VIP para próximos eventos.

Buenas noches.