El jueves a la mañana Anna aún era un ángel. Cuando abrió la puerta del salón de clase, exactamente a las ocho y cinco, saltaron mis ojos del ejercicio número 235 hacia los ojos celeste de Anna. Ella sonrío, y buscó sentarse a cinco bancos del mío.
Perfecto lugar para distraerme del present perfect continuos. Y en lugar de continuar mi trabajo, el lápiz me jugo una mala pasada:
"como azules avenidas surcando la ciudad, las venas de Anna se dibujan bajo la piel...puedo palparlas, beberlas, desgustarlas. Puedo escribirlas con mis dedos, puedo dibujarlas con la imaginación...si solo pudiera estirar mi mano y acariciarla..."
Nada era más hermoso que mirar sus manos escribiendo. Nada más hermoso que imaginar sus dedos largos, flacos, blancos acariciando las cuerdas de su violin...
Pensé en que sería lindo haberla conocido en otra vida. En una vida donde ella fuese una doncella o princesa Rusa y yo un caballero medieval o un zar. Entonces podría conquistar a Anna, y desposarla. Pero la conocí en ésta vida, donde solo somos compañeras de clase. Mujeres, inmigrantes y desconocidas.
En el break me acerqué a su banco.
- Hey Anna! how are you?
- I´m fine. I have appoinment with my social worker tomorrow at 10- mientras buscaba dentro de un monón de cartas y papeles- i lost a paper for tomorrow. I am so nervous!
- well..take eassy...i´m going to the bathroom...Are you going?- y le hice seña con la cabeza para que me siguiera...
- go, go! give me one second!
Cuando salí del baño, ella estaba esperandome en la puerta. De nuevo le noté triste y nos fuimos a la cafetería. Mientras comía frutillas y me ofrecía una con su mano...mi cabeza imaginaba cosas como Anna vestida de blanco bajando del cielo...tan linda...tan suave...tan impecablemente angelical. Había olvidado esa facilidad mía en transportar a una simple mujer a la categoría de divinidad. En el fondo ese sentimiento me estaba dando felicidad...sería Anna la próxima musa de mis versos?
- Por qué está triste Anna? Tu familia está bien en Armenia?
- Si, ayer hablé con mi hermana...y están bien. Pero los extraño mucho.
- Los primeros tiempos son dificiles, pero te irás acostumbrando...
- Extraño a mi novio...
Y en ese momento caí en la cuenta que en realidad me había dicho antes que no tenía novio. Lo que me confirmó ya mi hipotésis que tenemos un problema de entendimiento idiomático grave.
- Y dónde está tu novio?
- En Armenia.
- Y no piensa venir?
- No puede por los papeles.
Digamos que el tema novio no fue el segundo de separación...nunca ha sido un tema éste que me haya quitado el sueño. Tampoco el tema marido. Ya saben de mi larga trayectoria y basta experiencia en éstos asuntos de conquistar presas aparentemente ya cazadas.
Pero bueh, yo ya me prometí no fijar mis ojos en mujeres en compromisos de pareja...pero por Anna yo olvidaría cualquier juramento.
Anna no mostraba ningun interés en volver a clase, y yo tampoco. Así que seguimos la charla. En algun momento de la historia, recuerdan que Anna y yo cancelamos la ida al museo para éste domingo. Así que le pregunté si estaba lista para pasar el día conmigo en el LACMA. Y dijo muy entusiasmada que si.
Entre palabra va y palabra viene me encontré contandole a Anna la razón de mi decisión de vivir en L.A. Y cómo ella insistía en su conversación en decir la palabra "boyfriend" y llamar "he" a mi ex pareja...le especifiqué que mi ex pareja era "She" y era "girlfriend". Para hacersela más clara y que no tuviera problemas de entendimiento con el idioma le dije: "Anna, I ´m Gay".
.....
Lucifer nunca dejó de ser un ángel, aunque fuese un demonio. Simplemente fue desterrado del cielo por desobecer a Dios...entonces no tengo claro si un ángel deja de serlo al convertirse en demonio...o si es cierto qué, la diferencia entre un ángel y un demonio son mílesimas de segundo...
Anna, transformó su cara. Sus ojos dulces, limpios, angelicales se habían convertido en dos barras de hierro que golpeaban con dureza mis ojos. Las frutillas ya no brotaron de sus dedos y no sé si una mezcla de asco, o de horror me recordó, que en el medio este quemaban a la gente como yo en una hoguera aún en siglo XX, y nos seguían enviando a la horca en el siglo XXI.
Anna olvidó que su vida ahora es en América, supongo que cinco meses no son suficiente para aprender que en Los Angeles, no se dicen ni se hacen ciertas cosas. Pero lo dijo y lo hizo. Y tuve todo el poder en denunciar su comportamiento en la dirección de la escuela, pero no lo hice.
Porque creo que merece la oportunidad de aprender a pensar por sí misma y no por lo que le enseñó la religión y la sociedad de su país.
Me enojé mucho, porque ya no tolero ningun acto de ese tipo hacia mi persona en los límites de ésta ciudad. Pero del enojo pasé rápidamente a la tristeza. Y supongo qué eso me detuvo en acusarla por homófoba ante la oficina de quejas de mi escuela. Ella está en éste país en calidad de refugiada y debe comprobar que cumple con los requisitos necesario. Y por supuesto mi denuncia, sería una mancha en su record de estudiante. Lo cual no le favorecería en absoluto en su proceso de residencia.
Y no es que yo sea la Madre Teresa de Calcuta pero no siento deseos de joder a nadie en algo tan importante...
Cuando llegamos a clases, Anna ya no era la misma ni yo tampoco.
Al teminar la mañana, se fue casi corriendo del salón. Y yo no la despedí como los demás días. Al salir al patio, ella regresó y me dijo...
"no es que no quiera hablar más contigo, y si quiero ir al museo pero tendré que pensar cómo voy a tratarte porque no eres normal...ser homosexual no es natural...es una enfermedad ... yo no tengo amigos homosexuales..en mi país no los queremos"
La dejé que se fuera con su ignorancia y me comí el enojo...pienso que ya va a aprender una nueva vida.