viernes, 30 de octubre de 2009

una ciudad donde cumplir esos sueños

Los Ángeles es una de esas ciudades que no abrazan. No tiene un mar acogedor que te hace sentir libre. Tiene un océano compulsivo con rostro de estar siempre al acecho. Es una ciudad que esconde sus pecados. Mientras en Las Vegas la prostitución y el juego son tan legales como cualquier trabajo honrado, en L.A. las putas van presas y el juego de azar solo es permitido en territorio indio.

Los Ángeles padece de anorexia y de bulimia por culpa de Hollywood sin embargo carece de glamour. En sus barrios se pasea la necesidad más cruel junto a la sobreabundancia exagerbada. Rico y pobre conviven bajo el mismo cielo cubierto de smog y de ceniza en épocas de incendio.

A ella se le achacan muchos males. Y hasta quienes nunca han puesto un pie en ella y están lejos de conocerla, la toman por una de las ciudades más agresivas del mundo.

Y en esa L.A. tan gris y tan lúgubre, adoro caminar.

En ella he podido cumplir pequeños sueños. De esos que por ser tan pequeños pasan desapercibido por la mayoría. Y que sin embargo la mayoría moriría por cumplir.

Me ha permitido encuentros que otras ciudades jamás me habrían permitido. Por no ser hija de alguien, por no tener título de algo, por no ser parte del engranaje político social de una bola de babosos que se rijen por el apellido, cuenta bancaria o acomodo político.

En L.A. aún los invisibles podemos cumplir pequeños-grandes sueños.
Y mientras L.A. me deje he de vivir en ella.

viernes, 16 de octubre de 2009

sueños ya no vengan más!

Es muy extraño que recuerde los sueños cuando despierto. Por años he creído que ni siquiera he soñado de tanto que no recuerdo. Pero en éstos días he abierto los ojos y he visto el sueño que he soñado la noche anterior.
Tan nítido lo he visto, tan claro lo he escuchado que el pecho sufre una extraña presión al recordarlo.



Hoy a la mañana, mientras repasaba las imágenes de mi último sueño, pedí no volver a soñar. Los sueños me hacen daño. Sea dormida o sea despierta. Y no entiendo porque la gente jura que los sueños son el motor de la vida.

Imagino que dependiendo de como sea tu sueño será tu vida.

Y cuando duermo, no elijo. Y cuando estoy despierta los sueños se esfuman.

Una vez me contaron que si uno contaba el sueño al despertar, la sensación del sueño se desvanecía. Entonces hoy quize contarle mi sueño a mi gato pero el estaba ocupado jugando con su comida. Así que el pecho se me sigue apretando.