jueves, 12 de agosto de 2010

Confesión para usted.

Sueles decir "tu intensidad me aleja" y huyes de todo lo mío. Te escondes de mis palabras, de mis irracionales letras, de las estúpidas canciones que me vuelven torpe. Del cuerpo que temes sentir sobre ti porque el miedo disluye cualquier intento curioso.

Represento la furia reprimida, el deseo contenido, la maraña de miedos acorralando tus ganas. Los húmedos sueños que jamás contarás. El silencioso orgasmo diluído en el pavor de ser descubierta. Mueres por sentir más de lo permitido. Mueres por vivir la locura que adivinas más no aceptas.

Así que  encerrada en tu caparazón de miedos disfrazados me despido de ti.

La paciencia tampoco es un arma eficaz para mi desaforada necesidad de dar. 
Quería desnudar tus ganas de experiencias nuevas, únicas e irrepetibles. Darme y darte. Permitirte, hacerte sentir.

Pero mi intensidad asusta. Y aunque me extrañas y te extraño sin haber tenido nada por el cual extrañarnos sigo mi camino, procuro estar bien y te dejo en paz.