viernes, 24 de abril de 2009

de violines, música clásica e inglés

Me gusta mucho la música clásica y siempre he creido que quienes aseguran es una música para viejos o aburridos no tienen alma.

En la secundaria me gustaba estudiar historia de la música, y fué así que aprendí a escuchar a Mozart, Debussy, Albeniz, Chopin, y otros tantos.
Siendo adolescente solía ir a escuchar la Sinfónica del SODRE o la orquesta de Cámara. Y ninguno de mis amigos podía entender como era que me volvía loca escuchando a Los Estómagos o Charlie García y algunos fines de semana me encerraba en la sala Carlos Brunet de la calle 18 de julio a escuchar a Vivaldi o a Beethoven.

El violín siempre ha ejercido una fuerza poderosa en mí. Como una especie de fiera domada siempre me quedo inmovil frente a un solo de violín. Y quien lo interpreta pasa a convertirse en una especie de Dios. Fué así qué, hace tres años atrás cuando mi hermana me anunció que mi sobrino mayor había pedido a sus cuatro años estudiar violín, sentí que el cielo se abría y me regalaba un tesoro dentro de mi propia sangre.

Soy una ferviente admiradora y escucha de Rachmaninov, uno de los más grandes compositores que Rusia ha dado al mundo, y también vuelo con las interpretaciones de Miri Ben Ari, la famosa violinista del Hip Hop, nacida en Israel y radicada en mi amada New York. Es decir qué ni los clásicos ni los violines son desconocidos para mi alma. Tienen el poder de transportarme al cielo sin tener que morir.

Y hoy estuve digamos que en las puertas del cielo...


Hace unas semanas comenzó el nuevo semestre en mis clases de inglés. Nuevo salón, nueva profesora y nuevos compañeros. Todo iba bastante aburrido, amén de que cada día más me costaba despertar temprano y llegar a tiempo. Tengan en cuenta que por asuntos de la revista hay días que me acuesto a las dos de la mañana y al otro día debo despertarme a las seis.
Hasta que un día, la puerta se abrió en el salón exactamente a las 7.45 de la mañana, y todos los varones y yo quedamos sin aliento.

Tan obvia fue nuestra reacción que hasta la profesora se quedó sin habla.
La culpa la tuvo Anna. Y su sonrisa con campanas alrededor, y sus ojos profundamente celestes, y su esbeltez, y su pelo largo, y sus manos blancas...
Ese día, no hubo varón de mi clase que no quizo conquistar su mirada. Y en los días siguientes, Anna se convirtió en la razón más poderosa para no faltar a clase.

Intenté hablar con ella en los interválos, pero Anna siempre estaba prendida de su celular. Intenté acercarme a ella en la librería pero siempre me ganaba alguno de esos latin lovers que aseguran conquistar a cualquier mujer. Intenté, pero no hice lo suficiente...

Anna jamás aceptó sentarse a compartir lugar con ninguno de las fieras depredadoras que la devoraban con los ojos cada mañana. Conmigo tampoco.

Hasta hoy.

Anna llegó tarde, y el único banco que estaba libre estaba a mi lado. Anna tampoco tenía libro, y claro que yo sí. Razones suficientes para que la respiración de Anna estuviera demaciado cerca de la mía, para que sus manos escribieran en mi cuaderno, para que trabajaramos juntas durante toda la clase.

Podía sentir la envidia de todos los varones. Y si bien festejaba aquella obra de la casualidad, por dentro planeaba alguna estrategia para que Anna en el intervalo no dejara su lugar.
No recuerdo bien como fué pero Anna no se movió de su asiento en toda la mañana.
Fué así que supe que era Armenia, que hablaba Ruso, Armenio y algo de alemán. Que vive sola en Hollywood y trabaja dies horas en una tienda de ropa para hombre. Que ama el español y adora la cultura latina. Que odia a los turcos por el genocidio armenio de 1915. Que es violinista y estudió su carrera en un consagrado conservatorio de Rusia. Que adora a Rachmaninov y no conoce a Miri Ben Ari. Que me dió su correo electrónico y prometió tocar el violín para mí. Que le prometí llevarla a escuchar la sinfónica de Los Angeles al Disney Hall. Y también invitarla a escuchar a mi banda favorita en L.A.

Anna salió antes de que terminara la clase, y yo quedé sintiendo las miradas de odio de mis compañeros tan machos. Al salir de la escuela, y al llegar a mi parada del bus, oh sorpresa! Anna aún estaba sentada esperando su bus. Su bus que no era mi bus, pero iba como para el mismo rumbo. Así que no debo decirles que llegué dos horas más tarde a mi empleo.


Ahora tengo una grandiosa razón para no faltar a clase...y se llama Anna.

8 comentarios:

fiorella dijo...

La músicla clásica me gusta toda, me llega siempre,me transporta. No sabía de esta violinista, voy a escucharla. Todos los instrumentos tienen su encanto, pero el violín y más cuando es un solo....conmueve. Post con buen ánimo,me gusta!.Un beso

vico dijo...

Fiore, siempre me cayó mal la gente que encasilla a la música clásica en "música culta" y a los ignorantes que la ponen en el rol de "música para viejos". Los mejores violinistas y pianistas del rock y electrónica son los que comenzaron estudiando música clásica.

No puedo entender como hay gente que no puede sentir placer en escuchar a Mozart por ej. No esucho todo el santo día, porque no es mi especialidad. Pero siempre tengo un rinconcito en mi semana para escuchar mis compositores favoritos.

Un abrazo Fiore, y buen finde.

fiorella dijo...

Bueno, lo de culto y esas cosas...hace rato que me molesta,No te acordás el lío que se armó cuando Waldo de los Ríos popularizó la música culta con su orquesta y no tuvo mejor idea que elegir la Sinfonía Nº 40 de Mozart y otras más? Cómo vos decís, los músicos de rock y otros estilos, los que saben tocar el instrumento,el que sea, vienen de la música clásica.

fabi dijo...

quiero fotossss!

Ale dijo...

Lindo post Vic.

Es verdad eso q decis q la música clásica se la vincula con "música pa viejos" etc etc...la música tampoco escapa de ciertos encasillamientos.

Besote

nawelkin dijo...

Hola Vico
me ha encantado tu post, estoy comentando bastante tarde porque no tengo sueño, además de estar sin panoramas para hoy. Bueno con respecto a lo que escribes de la música clásica te encuentro toda la razón, mi experiencia personal con ella está estrechamente relacionadas con la participación de muchos años en coros, pertenecí cuatro años al Coro del Magisterio de Punta Arenas, donde rayé mucho con los clasicos que interpretabamos, luego estuve en varios más. Además es imposible no visualizar a Mozart o Beethoven con una actitud rockera frente al piano.

Saludos desde esta humeda y fria ciudad.

PD: Suerte con lo de Anna jejeje

vico dijo...

fiore, buen ejemplo el de Waldo de los Ríos... que a mi no me gustó nunca. Pero lo que sí tengo claro es que aquellos que han cantado o tocado música clásica opera etc..y luego salen al rock son espectaculares! por ej charlotte church...WOW esa chica me encanta lo que hace! y fue totalmente criticada mal y mucho por haber dejado lo clásico por el pop...y so? ...su voz es amazing! en lo que sea...

vico dijo...

faby ah jajaja bueh, ya veremos...y me odié porque ayer el Ken se olvidó de llevar la cam al show y pues no pude tomarme fotos con la chica F. En fin...ya vendrán.

ale, gracias! sí, esa ha sido mi experiencia...


juan pa, bienvenido sea tu comentario. Pues no sabía esa parte de tu historia jeje interesante!
Y con Anna, bueh gracias. Veremos si practicamos mucho inglés o no jajaja

gente, abrazotes! love