jueves, 14 de mayo de 2009

respuestas

Usualmente llego temprano a mi clase de inglés y me siento en el mismo lugar de siempre. Ayer, llegué 40 minutos tardes y habían cambiado la disposición de los asientos.

Anna estaba sentada en el primer banco de la orilla izquierda. Aún quedaban cuatro lugares libres en la fila por detrás de ella, así que el banco de la orilla derecha fue mi destino. Podía verla por el rabillo del ojo y saber que aún no se había dado cuenta de mi llegada.

La profesora preguntó a Anna el ejercicio número 4 de la tarea, y Anna dió la respuesta equivocada. Luego fue mi turno para la misma pregunta, y la profesora dijo: Excelent!.
A las preguntas siguientes, solo yo respondía. Y entonces Anna, se dió vuelta y me sonrío.

Respiré. Pero no tuve tiempo para deducir si la sonrisa había sido sarcástica o por compromiso.
No me quedaba más que destacarme durante toda la mañana en mi clase de inglés. Después de todo, para eso voy a clases para aprender mejor el idioma y no para esperar amistad de nadie.


En el break, Anna no se movió de su banco y metió su cabeza entre los libros. Deduje que no debía acercarme así que salí sin hablar con nadie al patio. Primero al baño, luego a la cafetería. Podía haberme quedado a tomar mi café y comer mi pan de queso, podía haberme sentado a charlar con alguien. Pero una mezcla extraña de sentimientos no muy positivos me lo impidieron.

Camino a mi salón Anna se cruzó conmigo, iba acompañada de una mujer armenia mayor y ni siquiera levantó la vista para mirar mi rostro. Seguí mi camino, mi compañera de Singapur se acercó a hablarme no sé que cosa y fuí agradable. Pero no más del a cuenta.

Luego salí a la terraza necesitaba del sol y de los árboles. Entonces ví a Anna caminando lento, con la cabeza agacha, con pasos de tristeza. Y me nació gritar su nombre y levantó su cabeza. Le sonreí y levanté mi vaso de café en señal de invitación a tomar uno...solo bajó su cabeza, tomó el celular y siguió su viaje.

Hoy no fuí a clase. Y no es por Anna, es por mí.

3 comentarios:

fabi dijo...

pah duro durisimo la realidad puede mas que cualqier fantasia, amiga no se qe decir pero las cosas pasan por algo, besos love you

Natalia Astuácas dijo...

Buuuuuuuu, buuuuuuu, buuuuuuuuu que triste... me conmovió... y no es por vos... o por Ana... es por mí...

Vikinga te mando un abrazote siempre con ànimo, cuidate mucho, besos.

vico dijo...

quiero contarles que luego de mi conversación con Anna busqué información sobre la comunidad LGBT armenia en US, me contacté con un grupo en Los Angeles...les envié un mensaje y yo me respondieron...

me emocionaron con sus palabras y creo voy a compartirlas textualmente en algun otro post...

ahora estoy viendo la manera de encontrar alguien que hable español y armenio porque he decidido escribirle una carta a Anna, no es que quiera a fuerzas hacerla mi amiga, es que no puedo quedarme sin hacer nada frente a tanta ignorancia,

un abrazo