jueves, 13 de agosto de 2009

reflexiones

Estoy comiendo dulce de membrillo. Tenía muchísimos años de no comer dulce de membrillo. Cuando era niña no me gustaba, me recordaba a estar enferma. Cada vez que enfermaba mi madre me atomizaba con dulce de membrillo.

Pero tengo buenos recuerdos de él, por ej. los pasteles fritos hojaldrados que mi madre mejor que nadie cocinaba. También la pasta flora que hacía mi hermana Carolina. Ella esra especialista en Pasta Frola, o Flora? bueno...da igual. Esa tarta con tiritas de masa formando cuadraditos pintados de dulce de membrillo.

El dulce de membrillo también me recuerda a la hepatitis. Cuando tenía 14 pasé dos meses comiendo dulce de membrillo por culpa de la Hepatitis A. Pero creo me curó bien el hígado porque desde entonces tomo alcohol como agua y mi hígado bien gracias.

En realidad no me preocupa mi hígado, bueno, no me preocupa nada de mi cuerpo. Hoy estamos mañana no...

Voy a encerrarme a escribir mis artículos, no he escrito ni una línea. Es más ni siquiera sé que diablos voy a escribir. A todos les diré que me fuí a San Francisco. Porque en mi cabeza me fuí a San Francisco pero en realidad estaré a puertas cerradas en mi casa.

Hoy me fuí a tomar cerveza a un lugar salvadoreño y a comer tamales de chipilin. El chipilin es una planta verde, que ni a los propios salvadoreños les gusta pero a mi me encanta! Fui con un amigo al cual le regalé "Las Venas Abiertas de América Latina" hace cuatro meses y me confensó que no pasó del prólogo. No puede leer libros, no sabe, no es de la generación de libros es de la generación de la imagen, de la computadora, del video game. Que desastre! me dijo algo que me dejó en shock..." es que cuando vos me hablás de libros yo me entusiasmo y quiero leer pero luego voy a casa y no puedo tenerlo ni dies minutos en mis manos".

Parece que estímulo a la gente a leer pero de ahí a qué lean. No sé, yo no me imagino una vida sin leer libros. No puedo. Los libros fueron mis mejores amigos, confesores, compañeros, fueron mi familia! creo que el momento más duro de mi vida fué cuando en Uruguay me desprendí de todos mis libros. Libros que tenían años acompñandome.

Y desde entonces no quize volver a tener una biblioteca en casa. No quiero volver a pasar esa horrible experiencia de desprenderme de los libros porque me mudo de país.

A veces pienso todo lo que dejé por un sentimiento y no lo puedo creer.

Creo que recién ahora estoy tomando conciencia de lo que hice. No me arrepiento, pero si me sucediera hoy no lo volvería hacer.

Jamás dejaré mi mundo, mis cosas, mi vida por una relación de amor. Es la estúpidez más grane que uno puede cometer.
Pero en fin, el mundo está lleno de estúpidos! entre ellos yo.

Buenas noches.

1 comentario:

Anayansi Acevedo dijo...

Amiga, amiga...siempre me pones a pensar con tus escritos...#1. Yo tampoco, concibo vida sin libros, sin leer...ufff..........#2. De sólo pensar en desprenderme de libros que han estado conmigo toda la vida me entra una tristeza muy grande...
#3. Me llegó mucho esa frase: "Jamás dejaré mi mundo, mis cosas, mi vida por una relación de amor. Es la estúpidez más grane que uno puede cometer.
Pero en fin, el mundo está lleno de estúpidos! entre ellos yo."...amiga mia yo digo lo mismo, heme aquí que más de una vez dejé de ser yo por eso que llaman "amor", así que no eres la única, lo importante de todo es la autocrítica positiva que nos permitirá ser mejores seres humanos para y por el beneficio personal, no el de otros. Abrazos.