martes, 17 de marzo de 2009

de un viaje en tren


Cuando era niña me gustaba viajar en tren. El tren era anticuado, los vagones me recordaban a la primer guerra mundial.De la cual veía escenas en la matinee de los domingos. El tren era largo e incómodo.

Durante no sé que tiempo de mi adolescencia, en mi país quitaron el tren. Y me dió tristeza. Algunos pueblos quedaron sin vida, porque la única vida era el silbato de la locomotora cuando llegaba por algunos minutos a la estación.

Le estación central en la capital, un monumento histórico arquitectonico quedo abandonada y con el tiempo terminaron haciendo conciertos de rock en ella.
Nunca quize volver a visitar ese lugar. Ni tengo idea que fué de ese edificio, pero en mi memoria quedan los momentos de mis primeros viajes. De los rieles, de los guardas, de los maquinistas, del pequeño boleto de cartón celeste, de la campana que anunciaba la partida, de los bancos de madera.

El tren era mágico.
Sus movimientos me parecían iguales a los movimientos de mi cuna cuando era pequeña y mi mamá batallaba en hacerme dormir.

Una sola cosa me daba miedo del tren, y era cuando cruzaba los puentes.

Yo no podía despegarme de la ventana en todo el viaje, pero cada río u arroyo que cruzabamos cerraba los ojos porque aquellos arcos de hierro tan alto moviendose tras el vidrio, me recordaban imágenes de gigantes listos a devorarme. Y por más que mamá me explicaba que era simplemente los barrotes de un puente, mi mente no lo podía entender así.

Me gustaba el tren porque me daba permiso para imaginar cosas tan solo con mostrarme un poquito de todo lo que había fuera de él. También podía adivinar la próxima estación que vendría y la siguiente y la otra hasta el final. Adoraba ver los rieles separados a veces y a veces entrelazados. Ver el rostro de los viajeros encontrandose con otros viajeros. Escuchar los cuentos de los aburridos que intentaban matar su tiempo.

Y lo que más adoraba era entrar a la gran ciudad. Una ciudad que hoy se me hace tan pequeña y en ese entonces se me hacía tan gigante. Ver la bahía de lejos, el pequeño cerro que orgullosa siempre mostraba a otros como si fuera una gran elevación. Sin tener la más mínima idea que un día vería cumbres de más de 2 mil mts de altura.

En aquel entonces no sabía que el mundo era más grande. Que habrían otros trenes más veloces, otros cerros llamados montañas. Vagones impecables, cómodos, con pasajeros ejecutivos, servicio a bordo...

Y hoy que paseo en esos trenes y soy más grande en edad que entonces, y que cruzo ríos sin agua, puentes sin ríos y pasajeros que no hablan entre sí igualmente me emociona escuchar que el lenguaje del silbato y la campana siguen vivos en la modernidad de la gran urbe.

Y me alegra saber que me produce la misma emoción de entonces ver la entrada a la gran ciudad.

Me emociona ver de lejos la imágen de los altos edificios del corazón de L.A. los rieles que se juntan y separan, el humo de las fábricas del este. La masa humana que baja de los vagones por escaleras eléctricas y corre hacia diferentes destinos de la ciudad.

Entonces me doy cuenta que la pintura es diferente pero algo en mí es lo mismo siempre.


posd. las fotos son de mi último viaje en tren desde L.A. a Riverside Dow Town (condado de Riverside)

5 comentarios:

Natalia Astuácas dijo...

Vikinga... te contaré que en mi país teníamos unos trenes viejitos... probablemente traídos de algún país desarrollado que nos "regalaban" la maquinaria... no lo sé... después de mucho tiempo como medio de transporte el gobierno en curso y por intereses económicos (el presidente tenía un negocio familiar de Trailers) decidió quitar los ferrocarriles y por ende el transoporte en tren...

Hoy muchooooooooo tiempo después de aquella "desgracia", absurda, egoísta y mala decisión poco a poco han tratado de incorporar el servicio... pero ya jamás será lo mismo...

Un abrazo.

vico dijo...

Nati, gracias por compartir tu comentario. Se me hace muy triste que dejen a un pais sin la magia del tren. Sean lentos o sean rápidos, sean a todo lujo o sean más precarios, el tren tiene un gran significado para los pueblos y para las personas.

Amo pasear en tren...y espero poder hacerlo siempre.

Un abrazo para vos también.

Ale dijo...

Hi Vic!
Lindas tus fotos!...que bueno que viajas siempre con tu camara ;)

Sabes, yo no tengo recuerdos de viajes en tren...cosa que reprocho de mi infancia!...como bien dijiste en Uru sacaron esa magia de los pueblos,aunque ahora en algunos lugares existen algunos que creo los usan solo de carga, no para pasajeros... pero me ha pasado que al verlos me detengo (solo cuando voy en auto!)a mirarlos pasar...

Es una lastima no tenerlos...comparto ese sentimiento.

Un abrazo gigante

vico dijo...

Ale, sabes yo soy de las que pudo disfrutar de los viajes en tren. De esos viajes donde se entrelazaban pueblos pequeños. Pero una de las cosas que me dió mucha tristeza fue saber que muchas generaciones quedarían sin disfrutar de algo tan mágico...realmente me da verguenza que tu generación no pudiera disfrutarlos. Lo bueno es que en otros países existen trenes jeje de los modernos y de los otros...así que cuando puedas llegar a uno de esos lugares disfruta de un viaje en tren.

Un abrazo...mi próximo viaje en tren será en el Amtrack que es un tren más enorme y que recorre el país entero.

fabi dijo...

emmm primero yo viaje en tren millones de veces desde montevideo a san jose y viceversa. Era lindooo, el boleto me encantaba. Mucha gente usaba el tren,gente que laburaba, gente que paseaba,ninos que iban a las escuelas, etc.
Segundo ahora hay un tren de montevideo a santa lucia, cuando quieras ale vamos.
Vic quiero hablar con vos.. te extrano, quiero contarte las vacas. Beso