martes, 23 de junio de 2009

elecciones

Durante la mayor parte de mi vida me caractericé por ser bastante impaciente, mal humorada, agresiva y ver siempre lo malo del resto del mundo. Si opinaba sobre una obra o un artista pocas veces resaltaba sus cualidades.

Por años me costó ver el lado bueno de las cosas. Todo tenía un lado oscuro y me especializaba por detectarlo y darlo a saber inmediatamente. Incluso a veces sin manejar buenos argumentos.

Poco me importaba causar daño en otros. Peleaba por cualquier motivo, renegaba de mi existencia, mi boca era un cúmulo de malas palabras y me regodeaba en el lema: "soy sincera, digo las cosas como las pienso, no es nada me conforme es que no soporto la hipocresía" etc etc etc

Gracias a Dios, al Universo, a la vida y a mi voluntad cambié.
Y para hacerlo tuve que romper no solamente con un círculo enfermo familiar, sino también con una enfermedad social.

Los uruguayos nos caracterizamos por creernos buenos críticos de TODO y de TODOS. Cualquiera es "rata" cualquiera es "estúpido" cualquiera que intente hacer algo diferente, nuevo o creativo es un "idiota bueno para nada que si triunfó en la vida es porque o bien tiene familia con dinero o bien se acostó con alguien blah blah blah.."

Claro qué no todos los uruguayos somos naturalmente (o nos hacemos a imagen y semejanza de lo que vemos) así. Diría que el 60% de la sociedad donde me eduqué es así. No soy buena para las estadísticas así que el porcentaje seguramente varía pero lo que intento esclarecer es qué, de dónde vengo la mayoría de la gente padece de esa esquizofrenia espantosa cuando se trata del tema "opinar de los demás".

Solemos ser sueltos de lengua y nos apoyemos en qué somos directos, honestos e inteligentes.

De ahí vengo y de ahí, vuelvo a decir a Dios gracia Salí fuera de la norma.

Claro qué, tuve que tomar un avión. Encontrarme en otras sociedades, en otras culturas para poder decidir un cambio. En realiad la decisión no fue tomada por mi gran sabiduría sino por qué o cambiaba o jamás sería aceptada por el resto del mundo. Simplemente bajada del avión me bajaron del caballo de la soberbia rioplatense.

Y doy gracias por ello.

Entonces cuento ésto porque ahora soy consciente del poder que Dios me ha otorgado en la palabra. Poder y oportunidad de usar ese poder. Y tengo dos caminos: destruir o construir. Y elejí éste último.

De ahí parte mi objetivo en mi nuevo emprendimiento.

Hoy me han envíado desde Nueva York un artículo publicado en uno de los periódicos más populares de Guatemala sobre una obra de teatro a la cual asistí varias veces y escribí un artículo que será publicado en el mes de septiembre de éste año en San Francisco.

Bien, me ha emocionado leer más que mi nombre el hecho de que mis palabras son como pequeños ladrillos que están construyendo una gran casa. He edificado, y ese es mi compromiso con la vida que elejí vivir.

Toda obra tiene sus bemoles y he de rescatar lo mejor de ella para apostar al crecimiento. Las debilidades las descubrirán por sí mismos.

4 comentarios:

Ale dijo...

Este post me vino como la continuación de lo que hoy reflexionaba sentada en el patio de mi casa...

Y si...siempre he detestado a la gente que por creerse "sincera" se cree "autentica" y pienso QUE PIERDEN CADA OPOTUNIDAD DE CERRAR EL PICO a veces...pero no todas las personas optan por tomarse un avión...ojalá estadistica se achique, porque es triste identificar a esta sociedad o (parte de ella) con esas caracteristicas...

Me alegra que el universo, la vida y tu voluntad hayan cambiado eso...

Mucha suerte y luz en tus futuros emprendimientos :)

vico dijo...

Ale, claro! yo apuesto a qué mucha gente continúe en su mismo lugar de nacimiento y no necesité pasar por las experiencias que yo tuve que pasar. Cada uno tiene diferentes caminos. Y decide si dejarse llevar por la corriente o ponerse los huevos y cambiar. El ambiente, alrededor puede estimular a crecer o puede estimular a hundirnos. Depende de nosotros y lo que tengamos que hacer es diferente en cada uno y cada uno elije diferente opción de vivir..Gracias por tus buenos deseos, sé que son sinceros.
un abrazo fuerte,

Anayansi Acevedo dijo...

Me encanta el post, me siento plenamente sintonizada...hace un tiempo escribí al respecto un artículo que creo que tu también comentaste sobre "las garrapatas de emociones" donde comentaba sobre la gente que se la pasa buscándole la quinta pata a todo, ese criticar por criticar que más que construir, lo que hace es destruir...me encanta, repito, saber que hay gente que edifica para tratar de hacer de este mundo un lugar más habitable, ¡ahhh! y se me olvidaba, yo aún mantengo la manía de criticar,eso es parte de mi, pero he procurado buscar la manera de que si tengo que criticar, critico, pero alejando la soberbia y ese creernos dueño de las verdades absolutas...Abrazos

vico dijo...

Anayansi, su recuerdo tu post. Gracias por traerlo a la memoria!
Un abrazo.