Farrah Fawcett

Tenía 13 años y me vecina Margarita -que coleccionaba revistas de chismes- tenía en su baño, una colorida portada que me llamó la atención. En realidad fué la sonrisa del rostro fotografiado. Con ansiedad busqué el artículo y encontré a todo color y en varias páginas las fotografías de quien sería mi primer amor: Farrah Fawcett y en aquel tiempo: Farrah Fawcett-Marjor.

Le robé la revista a mi vecina. Llegué a casa y con una tijera vieja corté cada una de las fotos. Las pegué en la pared justo al costado izquierdo de mi cama. Todos los días desde ese día besaba los labios de esa mujer. Miraba por horas antes de dormirme sus ojos celestes. Y me llenaba por de celos por su marido, en aquel entonces, el famoso Hombre Nuclear.

A los pocos días del descubrimiento Los Ángeles de Charlie llegaron a la pantalla de mi televisor. Y fué así que seguí cada una de sus apariciones, hasta ponerme furiosa porque la sustituyeron por otra actriz en la segunda temporada.

Cada revista que llegaba al kiosko de la plaza más cercana con la foto de Farrah pasaba a mi colección. Durante años, fué mi amor platónico. Y hasta soñaba con llegar a Hollywood para conocerla pesonalmente.

Luego llegó Julia Roberts, y bueno ocupó mi corazón por siempre.

A Farrah Fawcett en los años que he vivido aquí jamás se me dió por buscarla. Supe de su enfermedad, de su pasado de maltrato familiar en su vida con Lee Major, luego de su hermosa relación con Rayn O Neil, y después en el 2006 su diagnóstico de cáncer en el ano. Por tres años Farrah mantuvo una lucha desesperada por vivir.

Dejó documentada esa lucha.
Hoy a la mañana fue internada y antes del mediodía falleció. La noticia me llegó a los minutos en que declararon oficialmente su muerte.

De Farrah Fawcett a mi siempre me quedará su sonrisa desde el televisor y desde las revistas. No tengo idea dónde habrá ido a parar mi colección de sus fotos, pero aún permanece en mi memoria su foto más querida por mi.

Que descanse en paz, mi ángel de Charlie y de muchos más.