martes, 2 de febrero de 2010

Tú ni te imaginas.

He perdido el encanto de adivinar lo que hay en vos. Ya no puedo saberte, te has replegado en tu caparazón de molusco. Te vas como adentrando en la mar de la distancia. Me alejas. Te alejas.
Ningun hilito de mí sostienes con tus manos blancas, con tus dedos largos. Tus dedos de pluma que escriben sobre la piel inventada de otros que no nunca serán tuyos. Me recargo en el recuerdo de algún viejo mensaje, en la letra que ya olvidaste por haberla escrito sin pensar. En el sentimiento que alguna vez sentiste frente a tu vieja costumbre de leer mis largas respuestas. En las historias que un día te conté de mí, en los sueños que no llegué a contarte.
Te vas. Me alejas. Y no me queda más remedio que escribirle a nadie lo que en realidad te escribo a tí.

2 comentarios:

Ale dijo...

Que problema cuando algunas cosas no son tan claras como antes no?

Vico dijo...

Creo es algo dificil de digerir cuando uno tuvo cercanía y luego surgue la distancia pero no lo tomo como un problema.